

Maria Félix y Jorge Negrete: Se amaron después de odiarse
Por César Chupina, periodista
Donde hay odio… ¡hay amor!

Lo cierto es que en México, Maria no quería saber nada de Carlos. Y lo olvido rápidamente porque desde que ella llego, Jorge Negrete empezó a cortejarla. Y fue algo muy pero muy extraño para la doña porque eran dos seres que se odiaban. Tal vez aquí se confirma aquello de que “donde hay odio hay amor”. La misma Maria Feliz comenta en el Tomo III de su autobiografía publicada en edición de lujo por Editorial Clío que la quiso aplastar con su prepotencia cuando filmaron juntos “El Peñón de las Ánimas”. Pero mi antipatía hacia él venia destiempo atrás, de cuando yo era una chamaca en Guadalajara. Conoce a Negrete por casualidad cuando estaba recién casada. Un día vino a verme una prima hermana y me dijo: Fíjate que están haciendo una película n el parque Revolución. ¿No quieres ir a ver? La segué por casualidad y nos pasamos a ver la filmación en primera fila. Jorge estaba haciendo la película “Caminos de Ayer” con la actriz Carmen Hermosillo “/(recuerdo el titulo porque lo leí en la pizarra). Tenía que besar a la muchacha en una banca del jardín y cantarle una canción al oído. Cuando terminó la escena se me quedo viendo y vino a mi.
-Oiga, ¿a usted le gustaría hacer películas?
-No me dirija la palabra que soy casada.
-No le hace, no soy celoso.
-Yo no quiero trabajar en el cine y menos si hay tipos tan majaderos como usted.
Allí quedo la cosa y no volví a ver hasta mi debut en el cine, donde termine odiándolo. Pero cuando volví de Argentina me dio una grata sorpresa. Al pie del avión, donde había diez mil personas para recibirme después de cuatro años de ausencia, llegó a darme un ramo de rosas el actor Crox Alvarado, que entonces era colaborador de Negrete en la ANDA.
-Vengo de parte de Jorge - me dijo - que no pudo venir a recibirte porque esta trabajando en exteriores.
-Es natural que no haya venido – le contesté - ¿Por que tendría que venir? Me parece extrañísimo de su parte.
-Yo solo vine a darte un recado. Dice Jorge que esta muy feliz que n o te hayas casado con el argentino.
Después llego muy guapo a un cóctel de bienvenida que me dieron en el Hotel Regio y a partir de ahí se me comenzó a meter la mosca detrás de la oreja. Fue como si nos volviéramos a conocer. Entusiasmado, Jorge empezó a llevarme serenatas, regalos, bombones, todo eso que halaga y seduce.
Me divertía mucho, tener ceca de mí, rendido de amor, al enemigo que me había fastidiado tanto, diez años atrás, y como tengo algo de mariachi -algún ancestro mió sin duda toco la tambora o el moloche-, disfrutaba mi venganza pidiéndole canciones hasta en la tina. Mientras yo me bañaba, el cantaba “Ella” y a cada lugar donde íbamos, el llamaba un mariachi para complacerme con la pieza que yo quisiera. Me confeso que se había enamorado de mi desde “El Peñón de las Animas”, pero como yo era tan engreída se porto mula a propósito”. (Pág. 24)
Estrenar esposos implica estrenar otras cosas. Casa por ejemplo…

Mientras eran novios Maria y Jorge, ella vivía en un hotel. La Doña estreno casa el dia de su boda. La misma se conocía como La Finca de Capiotato. Tenía catorce mil quinientos metros de jardín, con seiscientos árboles frutales. Maria reunió ochenta serpientes de cascabel en el jardín. Estas se las mandaba Diego Rivera de Oaxaca. También allí reunió la Doña catorce perros callejeros. La casa la amobló con muebles del siglo XVIII que le vendió clandestinamente un cura corrupto de puebla. El jardín lo cuidaban 18 jardineros todos los días y a la Doña no le importaba gastar un dineral porque ella lo ha conseguido todo en la vida… Su hijo, Enrique se divertía en el y esta era la razón de tal excentricidad. Suficiente para ella.
La noticia de la boda llego a Argentina. Carlos Thompson hizo los reclamos pertinentes. Se fue a Hollywood y caso con la actriz alemana Lily Palmer. Años después, se suicido, lo cual no extraño a la Doña porque sabia el no podría soportar la vejez, razón por la cual la imagen que ella guarda de el es de joven y bello, como “lo conocí, me amo y lo abandone.”. lo cierto es que la Félix casó con Negrete. A diferencia de las otras veces, esta boda no fue silenciosa. Hubo más de cuatrocientos invitados, ochenta fotógrafos y setenta periodistas, incluyendo a los que transmitieron la boda por radio a toda Latinoamérica. Mucha gente se quedo afuera y algunos treparon la barda.
Maria Félix en su autobiografía nos cuenta la boda: “Salí escoltada del hotel Regia por una muchedumbre que me siguió en autos y camionetas hasta la casa de Talpan, a donde llegue con mi mama y Quique. Jorge entro del brazo de su madre y de su hija Diana. Llevaba un traje de charro de gamuza marrón, con botonadura de plata y un sarape al hombro. Yo traía un traje de Valdez Peza muy parecido al que saque en “Enamorada”, con sandalias y trenzas y en el brazo derecho un rosario de perlas. Además, me colgué unos pendientes de filigrana de oro y un medallón antiguo no sólo nuestra vestimenta fue mexicana; también la comida. Hubo enchiladas, mole, quesadillas, taco de huitlacoche y hasta curados de pulque para los gaznates aventureros. En la terraza instalamos una mesa de cien cubiertos para los familiares y los amigos cercanos, entre ellos Diego Rivera, Frida Kahlo, Salvador Novo, Pepe Alvarado, Gregorio Wallestein, Renato Leduc y muchos políticos importantes. Ahí partimos el gigantesco pastel decorado con perlas y Jorge me dio su regalo de bodas. Un espléndido collar de esmeraldas que mas adelante provocaría un escándalo. Al terminar la comida los invitados obligaron a Jorge a cantar. Primero interpreto unas piezas de amor dedicadas a mi, pero al final, como si adivinara el futuro se lanzo con aquello de “México lindo y querido, si muero lejos de ti…”. Fue un presagio de su muerte. Probablemente sabia que le quedaba poco tiempo de vida y quiso pasarse conmigo un año de lujo, pero su enfermedad y el trabajo de los dos acortó más aun las horas de felicidad que pasamos juntos”. (Pág. 29).
“Hasta que la muerte los separe”… ¡y los separó!

Ella no quería irse a Francia a filmar “La Bella Otero” porque quería cuidar de Jorge. Este tuvo una recaída mientras ella filmaba y el cantaba en el Million Dollar de Los Ángeles. Cuando le avisaron a Maria que estaba muriendo apenas le dio tiempo de regresar a México. Lo encontró en estado de coma el 5 de diciembre de 1953. Murió al día siguiente ante Maria, la madre y hermanas de Jorge. El Presidente ordeno el traslado de su cuerpo en avión.
“Para el viaje me puse lo primero que encontré en la maleta – unos pantalones de color azul marino – y al verme bajar Ali del avión se armó un escándalo porque según algunos periodistas, unos pantalones eran una falta de respeto al difunto”, afirma la diva en la página 31 de su autobiografía, tomo III.
El entierro de Negrete fue tan espectacular como su boda con Maria. Hubo doscientas mil personas. Hubo duelo nacional. En el cortejo iban los actores mas importantes de México, encabezados por Pedro Infante. Cantinflas se le metió a la Doña en el carro y pese a que ella lo echo, lo único que hizo fue pasarse al asiento de adelante donde según la Doña consiguió lo que quería: “Captar la atención de los fotógrafos y salir siempre en primera plana. Había sido uno de los peores enemigos de Jorge, una de las personas que mas contribuyeron a destrozarle el hígado”, afirma la Doña quien confiesa en ese momento estar deshecha no por la muerte de su marido sino por las circunstancias en que esta se dio. “Lo peor de todo era esquivar a los reporteros en ese estado. Hasta en la funerario me pedían entrevistas y para quitármelos de encima tuve que ponerme a llorar junto al féretro”, confiesa cínicamente.
Según la Félix el mas hermoso recuerdo que Negrete le dejo fue su dedicación en el libreto de “El Peñón de las Animas”, para reparar su antigua ofensa.”La escribió en secreto y vine a descubrirla por accidente, al abrir una cómoda. Es una muestra del único machismo que me gusta, el machismo suavizado con palabras de amor…”.
El lío del collar y la película que no se hizo

Lo cierto es que la Doña no devolvió el collar. A principios de 1954 ella regreso a México pero al querer volver a Paris la arraigaron, interceptándola la policía en el aeropuerto a donde la fue a despedir Diego Rivera. Así que decidió pagar el collar y seguirlo usando en muchas reuniones. “Ahora el collar ya no existe –comenta en su autobiografía – porque mande a engarzar las esmeraldas en otras piezas”.
Pero el lío trascendió tanto que se iba a filar “El Collar de esmeraldas”, película producida por Guillermo Calderón y que actuaría Ana Luisa Peludo. Ya estaba todo listo pero Maria Félix se opuso. No quería se metieran con su vida. Pero aducida el productor que era su vida publica. Hubo una reunión en el ANDA para tratar el problema con las partes involucradas. El productor lleno de coraje pregunto por que se oponía. Lo que cuenta la Félix en su autobiografía que respondió es para cerrar con broche de oro el presente Reportaje.
“Pues mire – le dije – si usted pone en su película datos de mi vida publica, yo también tengo el derecho de hablar sobre la vida publica de su mujer, cuando fichaba en el Bar Chicote de Madrid enfrente de todo el mundo.
Yo sabía lo de la mujer porque la vi ejercer el oficio cuando era la amiga de Manolete.
La película se vino abajo, porque al productor no le interesaba mi buena reputación, pero si la de su querida esposa. Con un tipejo tan abusivo no me quedaba de otra. Puede ser adorable con la gente que me trata bien, pero cuando me atacan tiro el mordisco a la yugular”.
¿Es o no simpática esta mujer?
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