jueves, 18 de abril de 2013

Mendelsohn, orgullo judío traducido en música



El mundo de la música se ha enriquecido con la inspiración de grandes compositores que han hecho historia y marcado épocas trascendentales en la humanidad. Es el caso de Félix Mendelsohn Bartholdy, compositor alemán que nació en Hamburgo el 03 de febrero de 1809. Ferruccio Busoni lo consideró «un maestro de grandeza incontestada» y «un heredero de Mozart», que puede ser contrastado con su visión de compositores como Franz Schubert, al que consideraba «un aficionado con don», y Ludwig van Beethoven, del que afirmaba que «careció de técnica para expresar sus emociones».
 
 
Mendelsohn, orgullo judío traducido en música
Por César Chupina, periodista

Félix Mendelsohn, cuyo nombre completo fue Jakob Ludwig Félix Mendelsohn Bartholdy, nació en Hamburgo (Alemania), hijo del matrimonio entre la dama  Lea Salomón y el banquero Abraham Mendelsohn (apellido que más tarde cambiaría a Mendelsohn Bartholdy), nieto del famoso filósofo judeo alemán Moses Mendelsohn, quien estudios profundos que marcaron el pensamiento de su época. Félix tuvo tres hermanos: Paul, Fanny y Rebecca.

Ante el antisemitismo


De origen judío Mendelsohn es un apellido que le ha dado brillos a Alemania y obviamente exaltó el antisemitismo histórico europeo. Es así como Erich Mendelsohn, nacido en 1887 y muerto en 1953 es un destacado arquitecto que dejó huella en las principales ciudades del mundo, incluyendo algunas de América. Por la época en que le tocó vivir hubo de salir huyendo de Alemania ante la amenaza contra los judíos.

Abraham renunció a la religión judía, por lo que Félix y sus tres hermanos no recibieron educación religiosa en un principio pero fueron bautizados como protestantes luteranos, en 1816 (momento en el que Félix tomó los nombres adicionales de Jakob Ludwig). La familia asumió el apellido Bartholdy a sugerencia del hermano de Lea, Jakob Salomón Bartholdy, que lo había adquirido en propiedad y era el suyo propio, con la finalidad de evitar el antisemitismo de la sociedad alemana de la época y de este modo poder desenvolverse sin problemas en ella. Abraham explicó más tarde esta decisión por carta a Félix como una manera de romper con las tradiciones de su padre Moses: «No puede haber un Mendelsohn cristiano del mismo modo que no puede haber un Confucio judío». Félix no abandonó completamente el apellido Mendelsohn pero en deferencia a su padre firmaba sus cartas y tenía impresas tarjetas de visita usando la forma «Mendelsohn Bartholdy».

El  éxito, popularidad y orígenes judíos de  Mendelsohn molestaron a Richard Wagner lo suficiente como para ningunearlo, tres años después de su muerte, en el panfleto antisemita Das Judenthum in der Musik. Este fue el comienzo de un movimiento para denigrar los logros de Mendelsohn que duró casi un siglo y cuyas secuelas todavía pueden ser apreciadas en la actualidad entre algunos escritores. El régimen nazi citaba el origen judío del compositor para prohibir la representación y publicación de sus obras. Charles Rosen, en su libro The Romantic Generation, menosprecia el estilo de Mendelsohn como «kitsch religioso», una opinión que refleja la continuación del desprecio estético de Wagner y sus seguidores musicales. En Inglaterra, la crítica detractora tuvo otra connotación. Muchos críticos, incluyendo a Bernard Shaw, comenzaron a condenar la música de Mendelssohn por su asociación con la cerrazón cultural victoriana; Shaw se quejaba en particular de la «gentileza aduladora del compositor, su sentimentalidad convencional y su despreciable propagación del oratorio».

 
La base intelectual



Carl Friedrich Zelter, de quien Mendelsohn comenzó a recibir clases de composición en 1817 en Berlín, fue una gran influencia en su carrera futura. En 1811, cuando Félix tenía dos años, su familia se trasladó a Berlín, donde creció y se educó dentro de un entorno con gran influencia intelectual. Los padres, además, habían recibido una educación que les había proporcionado diversos conocimientos culturales; por ejemplo, la madre hablaba varias lenguas, tocaba el piano y dibujaba de «modo admirable», habilidad esta última que también poseía su hijo. Además, las grandes mentes de Alemania visitaron con frecuencia el hogar familiar de Mendelsohn en Berlín, incluyendo a Wilhelm y Alexander von Humboldt. Su hermana Rebecca se casó con el matemático belga Peter Gustav Lejeune Dirichlet.

La educación de los hermanos Mendelsohn fue muy rígida: los padres adecuaron la creación de un entorno de trabajo para el desarrollo de sus hijos, con la finalidad de que aprovecharan la gran cultura que podían darles con sus recursos económicos. Fanny se convirtió en una destacada pianista y en una compositora aficionada, y en un principio Abraham llegó a pensar que ella, en lugar de su hermano, debería haberse dedicado a la música. Sin embargo, en ese momento, no se consideró apropiado (ya fuera por Abraham o Félix) que una mujer tuviera una carrera musical, por lo que Fanny permaneció como una música aficionada. Seis de sus primeras canciones fueron publicadas posteriormente con su consentimiento bajo el nombre de Félix.

Cuando era adolescente, a menudo interpretaba sus propias obras en casa, acompañado de una orquesta privada, para los socios de sus padres entre la élite intelectual de Berlín. El verano de 1825, la familia Mendelsohn se trasladó a una mansión en el número 3 de Leipzigerstraße, a las afueras de Berlín. Este lugar fue fuente de inspiración de muchas obras del joven Félix y también fue el centro social y musical de Berlín. En la parte posterior del edificio existía un jardín de unos siete acres, que originariamente había formado parte del coto de caza de Federico II. En el centro del jardín y en sitio privilegiado, había una pérgola pintada al fresco con «capacidad para varios cientos de personas», que permanecía abierta en verano y era cerrada con cristales en invierno, y se convertía en teatro y salón de conciertos. A estas veladas musicales en casa de los Mendelsohn asistieron algunas personalidades muy notables de la época, como Alexander von Humboldt, Georg Wilhelm Friedrich Hegel, Johann Gustav Droysen, Ignaz Moscheles, Friedrich August Rosen, Heinrich Heine o Adolf Bernhard Marx, entre otros.

Aparte de la música, la educación de Mendelsohn incluyó el arte, la literatura, idiomas y filosofía. Era un artista experto con el lápiz y la acuarela, hablaba (aparte de su alemán nativo) inglés, italiano y latín, y estaba interesado en la literatura clásica; tradujo la comedia Andria, de Publio Terencio Africano, en 1825 para su tutor Carl Wilhelm Ludwig Heyse, que se mostró impresionado y la publicó en 1826 como una obra de «su alumno, Esta traducción también permitió que Mendelsohn pudiera estudiar en la Universidad de Berlín, donde asistió desde 1826 hasta 1829 a conferencias sobre estética con Georg Wilhelm Friedrich Hegel, de Historia con Eduard Gans y sobre Geografía con Carl Ritter.

Mendelsohn fue un entusiasta artista aficionado, incluyendo el dibujo, la acuarela y la pintura al óleo. Su abundante correspondencia muestra que también pudo ser un ingenioso escritor en alemán e inglés, a veces acompañando su texto con dibujos humorísticos y viñetas. Aunque su imagen fuera la de una persona culta, especialmente después de su muerte, un hombre siempre sereno, feliz y de temperamento apacible, a menudo sufría alarmantes cambios de estado de ánimo que de vez en cuando hacían que se derrumbara emocionalmente.

 
El niño prodigio y Bach


Así como en el arte del espacio y el pensamiento profundo, los Mendelsohn dejaron huella, también sucedió en el mundo de la música en el caso de Félix Mendelsohn Bartholdy, compositor de gran talla en la historia del arte universal. De hecho, el apellido es conocido universalmente gracias a él y lo identifica, el cual si Félix se lo hubiese quitado para protegerse del antisemitismo no brillara con los brillos que hasta hoy tiene. Fue un prodigio que dio su primer concierto público a los 9 años.  Entró en la Singakademie berlinesa y empezó a componer. A los 17 años escribió la obertura de Sommernachstraum. Viajó por Alemania, Suiza, Francia, Italia y gran Bretaña.

Mendelsohn era un niño prodigio que tocaba el piano con maestría y componía piezas musicales. Cuando tenía seis años recibió lecciones de piano de su madre y a los siete tuvo una profesora de piano, Marie Bigot, formada en París. Desde 1817 comenzó a recibir clases de composición con Carl Friedrich Zelter en Berlín. Éste fue una gran influencia en su carrera futura. Empleaba como base de su enseñanza musical El clave bien temperado, de Johann Sebastián Bach, pues admiraba y difundía entre sus alumnos las obras de éste. Casi con total seguridad, Zelter había sido recomendado como profesor de Félix por su tía Sarah Levy, que había sido alumna de Wilhelm Friedemann Bach y mecenas de Carl Philipp Emanuel Bach, y era una talentosa intérprete autodidacta al teclado; a menudo interpretaba con la orquesta de Zelter en la Singakademie de Berlín (de la que ella y la familia Mendelsohn también eran mecenas) Sarah había reunido una importante colección de manuscritos de la familia Bach que legó a la Singakademie. Zelter, cuyos gustos musicales eran conservadores, también era admirador de la música de Johann Sebastián Bach. Según Werner, este hecho jugó un papel significativo en la formación de los gustos musicales conservadores de Félix Mendelsohn. Las obras del propio Mendelsohn muestran su estudio del Barroco y los comienzos del Clasicismo. Sus fugas y obras corales sobre todo reflejan una claridad tonal y un uso del contrapunto, que remite al estilo de Johann Sebastián Bach, por cuya música estaba fuertemente influido. De hecho, el maestro Carlos Seijas comenta una anécdota importante para ver la relación íntima entre estos músicos, la cual trasciende el tiempo y el espacio: “Una de las cocineras de Mendelson llevó envuelta la carne en una de las partituras de Bach. Este al darse cuenta de lo que se trataba, corrió a la carnicería a comprarle todas esas hojas. Fue así como se rescató la obra de Bach, gracias a Mendelson”.

En 1829,  Mendelsohn dirigió en Berlín La Pasión según san Mateo de J. S. Bach no interpretada desde la muerte de su autor. En 1833 fue nombrado director musical en Dussseldorf y en 1835 pasó a dirigir la Gedwandhaus de Leipzing, ciudad en la que fundó un importante conservatorio. También fue un compositor prolífico a una temprana edad, dado que a los diez años comenzó a componer y a los once ya había escrito un trío para piano y cuerdas, una sonata para piano y violín, cuatro piezas para órgano, una opereta cómica en tres actos y una cantata; a los doce compuso cinco cuartetos para cuerdas, nueve fugas, varias piezas para piano y dos operetas; a los trece tocó en público un concierto suyo para piano y compuso su primera obra publicada, un cuarteto para piano (probablemente Abraham Mendelsohn consiguió la publicación de este trabajo por la casa de Adolf Martin Schlesinger); y a los catorce disponía de una orquesta privada. Estas obras permanecieron en el olvido durante más de un siglo, pero ahora han sido grabadas y de vez en cuando son interpretadas en conciertos.

Al cumplir los quince años, se ensayó por primera vez su ópera Los dos sobrinos con orquesta, terminó su duodécima sinfonía juvenil, que es anterior a sus cinco sinfonías conocidas, y compuso su Primera Sinfonía en do menor (op. 11). Ese mismo año recibió clases del compositor y virtuoso del piano Ignaz Moscheles, quien sin embargo confesó en sus diarios que tenía poco que enseñarle. Moscheles se convirtió en un compañero y amigo cercano de Mendelsohn durante toda su vida. A la edad de 16 años, escribió su Octeto en mi  mayor. Este octeto y su obertura de concierto “El sueño de una noche de verano”, basada en la obra homónima de William Shakespeare y que escribió un año más tarde, son probablemente las más famosas de su adolescencia. Escribió la música incidental para la obra 16 años más tarde, en 1842, incluyendo la famosa Marcha nupcial.

A pesar del éxito musical que tenía Félix, ya se acercaba a la edad en la cual debía optar por una carrera y su padre quería estar realmente seguro de que su hijo podía ganarse la vida como músico. Para ello, el banquero llevó a su hijo a París en la primavera de 1825, con la intención de conocer la opinión del famoso compositor italiano Luigi Cherubini, director del Conservatorio de la ciudad. Cherubini recibió con entusiastas elogios el Cuarteto para piano n.º 3 en si menor op. 3 de Mendelsohn y afirmó sobre el mismo «Conseguirá mucho; en realidad, ya lo ha conseguido».

 
Los viajes

En 1842, Mendelsohn fue designado director general de música de Prusia, lo que no le impidió continuar sus viajes, principalmente a Gran Bretaña y entre Berlín y Leipzing, donde murió en 1847.

Escocia inspiró dos de sus obras más conocidas, su poema sinfónico (aunque titulado «Obertura») de 1830 titulado Las Hébridas, también conocido como La gruta de Fingal, que se interpreta regularmente en la actualidad; y su Tercera Sinfonía, denominada Escocesa, que Mendelssohn escribió de forma intermitente entre 1830 y 1842. Ambas obras están inspiradas en paisajes y temas populares de Escocia, como la gruta de Fingal, que no sólo despertaron su genio musical, sino también su inspiración poética. Su oratorio Elijah fue estrenado en Birmingham en el Triennial Music Festival el 26 de agosto de 1846. En su última visita a Inglaterra en 1847 fue el solista en el Concierto para piano n.º 4 de Ludwig van Beethoven y dirigió su Sinfonía Escocesa con la Orquesta Filarmónica ante la pareja Real. Realizó diez visitas a Gran Bretaña a lo largo de su vida, haciendo un total aproximado de 20 meses, en los que tuvo grandes ganancias económicas, suficientes para que Mendelsohn se llevara una profunda impresión de la vida musical británica. No se dedicó únicamente a componer e interpretar, sino que también centró sus esfuerzos en realizar las primeras ediciones críticas para algunas editoriales de los oratorios de Georg Friedrich Händel y de la música para órgano de Johann Sebastián Bach. En Londres estuvo trabajando en varias obras: una pieza para órgano para el casamiento de su hermana Fanny con el pintor Wilhelm Hensel y una opereta para las bodas de plata de sus padres.

Una vez restablecido de un accidente sufrido en su rodilla y que lo postró durante dos meses en cama, retornó a sus viajes. Uno de sus numerosos viajes por Europa lo llevó a Italia en otoño de 1830, donde se inspiró para su Cuarta Sinfonía llamada Italiana, una de sus obras más conocidas. Conoció a Héctor Berlioz en Roma y a Franz Liszt en París. En 1832 escribió la Sinfonía La Reforma, que sería su quinta y última sinfonía.

 
Dos mujeres


Félix Mendelsohn contrajo matrimonio con Cécile Jeanrenaud, hija de un clérigo protestante francés, cuando ella tenía 17 años de edad y él 27. La pareja tuvo cinco niños: Carl, Marie, Paul, Lilli y Félix. El hijo menor, Félix, contrajo el sarampión en 1844 y falleció joven debido a su precaria salud en 1851. El mayor, Carl, se convirtió en un distinguido historiador y profesor de historia de las universidades de Heidelberg y Friburgo, falleciendo en 1897. Paul Mendelsohn Bartholdy (1841–1880) fue un destacado químico y pionero en la fabricación de tinte de anilina. Marie se casó con Víctor Benecke y vivió en Londres. Lili contrajo matrimonio con Adolphe Wach, posteriormente profesor de Derecho en la Universidad de Leipzig. Cécile falleció algo menos de seis años después que su marido, el 25 de septiembre de 1853.

En general, parece que la vida privada de Mendelsohn fue convencional comparada con la de sus contemporáneos excepto su ambigua relación con la famosa soprano sueca Jenny Lind, a la que conoció en octubre de 1844. Una declaración jurada del marido de Lind, Otto Goldschmidt, que se conserva actualmente en el archivo de la Mendelsohn Scholarship Foundation en la Royal Academy of Music de Londres, describe la petición de Mendelsohn a Lind en 1847 (cuando ésta aún no estaba casada) para fugarse con él a América. Sobre la muerte de Mendelssohn Lind escribió, «[Él era] la única persona que trajo la plenitud a mi espíritu y casi tan pronto como lo encontré lo perdí de nuevo». En 1869 Lind erigió una placa en memoria de Mendelsohn en su lugar de nacimiento en Hamburgo; en 1849 había establecido la Mendelsohn Scholarship Foundation, que otorga un premio de dos años a un joven compositor británico en memoria de Mendelsohn. El primer ganador de esta beca, en 1856, fue Arthur Sullivan, que tenía 14 años de edad.

 
El legado

A Mendelsohn le llovieron las ofertas musicales de compositores principiantes y consagrados. Federico Guillermo IV accedió al trono prusiano en 1840 con la ambición de convertir a Berlín en centro cultural. Ésta incluía el establecimiento de una escuela de música y reformar la música sacra. La elección obvia como cabeza de estas reformas fue Mendelsohn, quien era sin embargo reacio a asumir dicha tarea, un rechazo asociado quizás con anteriores decepciones en la ciudad, especialmente teniendo en cuenta su posición de fuerza en Leipzig en aquella época. Aunque Mendelsohn pasó algo de tiempo en Berlín escribiendo alguna obra sacra y también, a requerimiento del Rey, música para la producción de la Antígona de Sófocles, la fundación de la escuela nunca se materializó y varias de las promesas (en términos financieros, título y programación de conciertos) hechas a Mendelsohn por la corte no se cumplieron. En 1842, Mendelsohn gozaba de incuestionable prestigio e independencia económica. Ese mismo año, compuso música para determinados pasajes de la obra de Shakespeare El sueño de una noche de verano, para la que ya había escrito la obertura. Una de las piezas de esta obra es la famosa Marcha nupcial, que se sigue tocando en la actualidad en numerosas bodas. Su música sacra coral, particularmente las obras menores, siguen siendo usadas en la tradición coral popular de la Iglesia de Inglaterra.

En 1843, Mendelsohn fundó una importante escuela de música, el Conservatorio de Leipzig, y persuadió a Ignaz Moscheles y a Robert Schumann para que se unieran a él; otros prominentes músicos, incluyendo a los intérpretes de cuerdas Ferdinand David y Joseph Joachim, y al teórico musical Moritz Hauptmann, también se convirtieron en miembros del Conservatorio. Después de la muerte de Mendelsohn en 1847, su tradición conservadora fue mantenida por Moscheles, que lo sucedió como director del Conservatorio.

 Los compositores contemporáneos de Mendelsohn lo consideraban el más significativo de los compositores germanos de las décadas de 1830 y 1840, y su influencia era enorme. Su producción contabiliza 72 obras publicadas en vida y 49 póstumas. Incluye música religiosa como los Oratorios Paulus (1836) y Elias (1846); sinfónica en las que compuso cinco sinfonías en las que destacan la Reforma, (1829 – 30); la Italiana (1833) y la Escocesa (1842); oberturas de concierto como Sommernachstraum, posteriormente ampliada como música de escena; Die Hebriden, Meeresstille und Gluckliche Fabrt, Die schone Melussine, Ruy Blas; un concierto para violín y dos para piano, música de cámara y melodías sobre textos de Goethe, heine, Eichendorf, etc.

La música para piano constituye el aspecto más original de la personalidad de Mendelsohn. Creó las llamadas “Melodías” o “Romanzas sin palabras” en número de 49. Son composiciones simples y breves. El lirismo romántico se alía a ellas a un notable buen gusto y a un equilibrio técnico de raíz clásica.

La obra de Mendelsohn se caracteriza por una serenidad y un entusiasmo que raras veces tiñen de melancolía el desarrollo, indudablemente romántico de su melodía. Su melodía y su contrapunto son clásicos, casi excesivamente académicos. Domina en su obra un delicado sentimiento de la naturaleza que, especialmente en las oberturas, anuncia el poema sinfónico.

 
El final de otro Mendelsohn
Mendelsohn volvió a Leipzig. Sufrió problemas debidos a su mala salud en los últimos años de su vida, probablemente agravados por problemas nerviosos y el exceso de trabajo. Por recomendación médica, aceptó ayuda de otros para cumplir sus tareas; pero el 14 de mayo de 1847 falleció súbitamente su hermana Fanny, víctima de embolia cerebral, y el golpe que le produjo la noticia, le causó un derrame cerebral. Se restableció transitoriamente y retornó a su trabajo. Escribió algunas composiciones, dio unos pocos conciertos, pero había algo en su arte, que lo hacía diferente de sus épocas anteriores. Señaló su amigo Henry Chorley: «Cuando lo oí tocar, sentí como si me hubiera despedido para siempre del músico». La enfermedad del músico era mental y violentos dolores de cabeza le provocaban desvanecimientos.

Antes de su recaída final escribió una canción más: “Nachtlied”. Cuando Mendelsohn estaba gravemente enfermo, un gentío se agolpaba en la puerta de su residencia y se publicaban boletines cada hora sobre su estado de salud. Alrededor de las 21:00 del día 4 de noviembre de 1847, el compositor se hallaba inconsciente, rodeado por su familia y amigos. Murió a los 38 años de edad. Su abuelo Moses, su hermana Fanny y algunos otros de sus familiares habían fallecido a causa de apoplejías similares. Su funeral tuvo lugar en la Paulinerkirche de Leipzig y fue enterrado en el cementerio trinitario de Berlín-Kreuzberg.

En una ocasión en la década de 1830 cuando no se cumplieron sus deseos «su excitación fue aumentando tan terriblemente... que cuando la familia fue reunida... él comenzó a hablar incoherentemente, y en inglés, para gran terror de todos ellos. Su padre le habló con voz severa durante el último torrente salvaje de palabras; lo llevaron a la cama y un sueño profundo de doce horas lo devolvió a su estado normal». Según Sterndale Bennett, tal ataque puede estar relacionado con su temprana muerte.