lunes, 25 de marzo de 2013

Un regalo del mar



Una de las ceremonias religiosas de la ciudad capital en Viernes Santo es la procesión del Santo Entierro de la Iglesia de Santo Domingo, culminante de uno de los períodos más importantes de nuestra tradición. En ella, como en todas, se conjuga historia, leyenda, religiosidad, folklore, semiótica y sociología. Dicho período comienza inmediatamente después del Carnaval, el Miércoles de Ceniza, festividad movible en el calendario, para terminar el Domingo de Resurrección, lapso que dura cuarenta y siete días por lo que se le llamó Cuaresma.

 
Cristo del amor: Un regalo del mar
Por César Chupina, periodista


La procesión más antigua

Nos cuenta el escritor guatemalteco Max Araujo en su libro “De la Escultura Colonial a la Crítica Literaria”, en su ensayo “Antecedentes Histórico de la Semana Santa en Guatemala” que Luís Luján Muñoz señala que la procesión del Santo Entierro de la Iglesia de Santo Domingo fue una de las primeras manifestaciones de la celebración de Semana Santa en nuestro país, pero que sin embargo, no se ha podido encontrar una fecha precisa que marque su inicio creyéndose que comenzó a mediado del siglo XVI” (Pág. 17).

El estudio histórico – artístico “La Santísima Virgen del Rosario y su Basílica Menor” de Fray Juan R. Cabral y Fray Luis M. Estrada en su página 99 dice que en los tiempos en que floreciera la antigua capital, salía de Santo Domingo la procesión del Santo Entierro, el Viernes Santo de cada año recorriendo la llamada Calle de la Nobleza, cuyo piso lo tapizaban esa tarde hoja de trébol, flor de jacaranda y de gallito”.

Más adelante agrega: “Dejemos la palabra al gran historiador de Guatemala padre Ximénez. En este año de 1650 empezó a celebrarse el Santo Entierro de Cristo con mucha solemnidad, la cual se ha ido continuado de modo que es hoy la procesión más devota que tiene Guatemala… su cabildo es como patrono de esta cofradía y al Primer Alcalde le toca sacar el estandarte, al segundo la campanilla y las insignias de la pasión la sacaban los Capitulares. Cada uno de los gremios de los oficios mecánicos compone un ángel u lo saca muy acompañado de luces, que siendo como veinte los ángeles hacen lo más del cuerpo de la procesión y la hacen lucir con mucho esmero y grandeza… Desde la bula de Clemente VII tuvo principio esta cofradía y entierro de Cristo y se hacía antes el descendimiento y se predicaba en él saliendo después la procesión, pero en la competencia que hubo con los Padres de San Francisco en el año de 1502 se dispuso que el descendimiento se hiciera en el Convento de Nuestro Padre San Francisco y sacasen su procesión sólo por el atrio y que la nuestra saliese como había salido siempre por las calles de Guatemala”. (Pág. 100).

Estas palabras de Ximénez, citadas por el estudio mencionado son importantes porque nos muestran una perspectiva del pasado que aún subsiste. En Santo Domingo no se efectúa descendimiento, sale sólo procesión y saca elementos citados por el historiador. En cambio, en San Francisco ya no sale procesión pero se siegue efectuando el descendimiento.

Luís Luján Muñoz en “Semana Santa Tradicional de Guatemala” nos da algunos datos interesantes. Para la Semana Santa de 1852 se establece un nuevo ceremonial para la Procesión de Santo Domingo, probablemente como consecuencia de la transformación de la Cofradía del Señor Sepultado en hermandad. De cualquier manera en las disposiciones anteriores se perciben la presencia de los vaivenes de la política de manera que a las disposiciones liberales, se suceden las contrarias del régimen conservador para concluir finalmente con las del régimen liberal posteriores a 1871. Para entonces, cuando ejercía interinamente la presidencia de Guatemala Justo Rufino Barrios, por ausencia del general Miguel García Granados., mediante decreto del 7 de julio de 1872 se declaraban extinguidas las comunidades de religiosas en Guatemala, y declaraba nacionalizados los bienes de las comunidades religiosas, se secularizaba a los seglares que quieren permanecer en el país, prohibiéndoseles el uso de hábitos. El 20 de marzo de 1874, la Municipalidad de Guatemala en razón del decreto 113 del 9 de febrero de ese año, que mandaba disolver las hermandades, órdenes religiosas y órdenes terceras, indicaba que había creado el patronato que tenía la Hermandad del Santo Entierro y Virgen de Dolores así como la contribución de 50 pesos para la procesión del Viernes Santo. Todavía el 29 de marzo de 1979, el Prior dominico, Fray Raúl Ribeiro y Jacinto, informaba a la municipalidad que por falta de fondos se suspendía la procesión del Viernes Santo, no creemos, sin embargo, que dicha procesión se hubiese suspendido, pero en todo caso a raíz de la llegada al poder del licenciado Manuel Estrada Cabrera, con quien tenía particulares relaciones de amistad, la aludida procesión siguió saliendo y desarrollándose normalmente a principios del siglo XX, con excepción del año 1918, por los terremotos de fines del año anterior y principios de ese”. (Pág. 156).

Más adelante, Luján Muñoz hace referencia de un expediente del Archivo General de Centroamérica que se refiere con bastante amplitud a los gastos hechos por la Procesión del Santo Entierro. He aquí algunos para reconstruir la manera de cómo se realizaba dicha procesión en 1852, año en que se transformó lo que hizo se gastara más de lo usual: Se mandan a hacer túnicas, así como turbantes, bandas y caudas, el sayal de algodón blanco, se mandan a teñir, habiendo importado las doce vestimentas completas para igual número de cucuruchos por 37 pesos y ½ real, incluida la hechura. Se encargan al pintor Modesto Torres, por 5 pesos y 4 reales las insignias o emblemas, así como a don Julián Falla por 3 pesos la hechura del Divino Rostro. Además, se gastó en comprar dos varas y dos tercias de gran morado para la púrpura, que se adornó con 12 varas de cordón de oro, cuyo uso nos resulta difícil de determinar. Además, se compró un gallo y se mandó a disecar por 21 reales., que sirvió como insignia de la pasión. La urna se arregló y se le pusieron 2 vidrios; es decir que se trataba de estas grandes urnas coloniales de forma cuadrangular con molduras de manera dorada y vidrios cuadrangulares. Al Padre y a los Ministros se les reconocieron como pago a los acólitos y sacristanes, 2 pesos. Al maestro músico Francisco Sáenz, 12 pesos, se alquilaron 4 peluquines, desconocemos para qué, así como 3 pares de alas para los ángeles. Se pagaba a los indígenas que llevaban los palios, faroles, pendones, conducían las estatuas, andas, ángeles, etc. 9 pesos y cuatro reales y tres parejas de cajas de pitos, o sea 2 pesos reales diarios a cada músico durante 6 días. Entre los gastos, se incluyeron 16 pesos por asistencia a los niños y señores que sirvieron en la procesión así como en obsequio a la Municipalidad, lo que indica que al concluir éste se hacía una pequeña reunión y se comía y bebía, un grupo de personas que se acercaba a las cien pues se alquilaron nueve decenas de cristales y platos… Los niños tomaban fresco de tamarindo, agua de canela y horchata con barquillos y los mayores bebían aguardiente y comían pescado envuelto en huevo, así como yerbas (verduras) y diez cajetas como postres”. (Pág. 157 a 161).

Vemos que la Procesión de Santo Domingo en casi toda su historia ha gozado de tutela y patronato de instituciones, personajes, etc. A ello se debe que se le conozca como “procesión elitista”. Incluso como “procesión gobiernista”. Uno de los casos más recientes fue el del Gral. Kjell Eugenio Laugerud García, ex presidente de Guatemala y su esposa Helen Losied de Laugerud, quienes ayudaron al renacimiento de la Procesión y contribuyeron a la reconstrucción de la iglesia de Santo Domingo después de los terremotos de 1976, siendo una de las primeras en lograrlo. Lo anterior significa que hubo cierto período en el siglo XX en el que se observó cierta decadencia: Nada de adorno en el anda, poca seriedad de asistentes, falta de promoción, etc.

A un principio esta procesión era sencilla. Según Ximénez, citado por Luís Luján Muñoz, a la vez citado por Max Araujo en “De la Escultura Colonial a la Crítica Literaria”  (Pág. 19) “aunque la procesión era muy devota, como pía, por ser del entierro de la persona más rica y poderosa que por nosotros se hizo pobre y menesterosa, no tenía aquella agudeza y lucimiento que este acto tan pío y religioso pedía entre los católicos, hasta que siendo este año (1595) Mayordomo Antonio de Rizo, criollo de Oaxaca, procuró su gran devoción alentar el fervor de los fieles y que se hiciese el Santo Entierro con mucha pompa y acompañamiento de luces para alentar la devoción que empezó a establecer que se predicase antes de la procesión y a que este año dio principio a ello el mayor orador que en aquellos tiempos tuvo esta providencia que fue el reverendo padre Antonio Baños”.


Expresión teatral

No puede decirse que la Procesión del Santo Entierro de Santo Domingo es un hecho aislado sino que viene a ser una especie de apoteosis de las actividades que se realizan en el Tempo en Cuaresma y Semana Santa. La misma, como todos los actos de esta naturaleza, llena de emoción a quienes participan, particularmente cuando las imágenes consagradas (más que reverenciadas) de Jesús y la Virgen salen procesionalmente. Son llevadas en hombros por sus fieles quienes esperan pacientemente el paso de las andas sobre las que descansan las imágenes que transitan por las calles más importantes. “No hay nada como las cosas de Dios”, opina Teófilo Sagastume, cargador de Jesús Sepultado de Santo Domingo. “Actualmente, la hermandad ofrece como servicio que se pueda comprar el turno – que dicen es el más caro de todas las hermandades- desde mediados de año. Es decir, este año yo puedo comprar el del próximo año y el que me dan ahora ya lo pagué el año pasado. Lo hice en dos pagos”.

“Siempre el decorado de las andas constituye un mensaje –prosigue don Teófilo-. La Hermandad de Santo Domingo se ha caracterizado en los últimos años por lanzar verdaderas propuestas estéticas y estar al día con el mundo. Hace algunos años, por ejemplo, el bello adorno significó la Ecología actual. También se ha caracterizado esta hermandad por querer que la procesión vuelva a lo que era. Esta es una de las razones por las que creó la sección de caballeros jóvenes tan especial y diferente en esta procesión…”.

Muchas personas famosas y conocidas han pertenecido a la Hermandad de Santo Domingo. Entre ellos, el cantante del bel canto Iván Masaya, la erudita Irina Polá (QEPD), los comunicadores Mario Estupinián (QEPD) y su esposa doña Amparito de Estupinián, doña Rosita Campo de Ventura, los comunicadores Mayra Garzaro, Carlos de Triana, Luis Lara Rosales… Cargadoras y cucuruchos no pueden ir de otro color que no sea el negro, luto riguroso. El cucurucho es más sencillo que otros días de Semana Santa. Se concreta a túnica, cinturón, capirote e insignia de la Hermandad. Algunos, no portan túnica. Van sólo de traje completo. ¡Siempre negro! Esto en la procesión de Santo Domingo se da sólo en los llamados Turnos – comisiones de Honor que son los primeros.

El traje se ha ido transformando en la procesión de Santo Domingo a través de la historia por razones de moda e históricas. Desde el más antiguo hasta el actual hay variantes. Pero en toda época se ha usado con un claro sentido penitencial. Las damas se cubren la cabeza con una madrileña y se colocan al igual que los caballeros, el turno en el lado izquierdo del pecho. El turno los hombres no lo portan en la parte del traje que se conoce como paletina porque ésta no existe sino sobre la ´túnica. El turno indica en qué cuadra cagará el devoto, brazo que le corresponde, fila donde debe ir caminando en la procesión, producto todo esto de una rigurosa organización que principia el antes de Cuaresma donde los cargadores son inscritos y se les mide su altura. Luego, se agrupa a los cargadores de acuerdo a la altura en cada cuadra donde pasará el cortejo tomando en cuenta la altura necesaria para pasar entre anuncios comerciales, alambres de electricidad, etc. A esto debemos agregar que como ha crecido la demanda de turno, también la Procesión de Santo Domingo ha tenido que agrandar su itinerario procesional.

René Francisco Hernández comenta que ingresó a la Hermandad de Santo Domingo porque “es muy bonito. Tiene mucho contacto con las personas pero me he alejado porque actualmente tengo mucho que estudiar. Cuando uno participa seguido, rápido asciende. Pero este año no pude ir a traer mis turnos y no voy a cargar. Pertenezco a los Caballero de la Hermandad que se diferencia de los Caballeros de Honor porque estos tienen más tiempo y ven en la procesión que todo vaya bien. En cambio, nosotros debemos llevar lanzas, candelabros, etc. Y participamos en vigilias. En lo personal, he llevado Las Siete Palabras y algunos pasos, lo cual es lo más bonito. También los Caballeros de mi rango llevan clavos, martillo, el gallo, estandartes, pasos de la Virgen, candelas, cruz inicial,. Etc. Podemos también cargar dos veces. Somos los únicos, junto a los Caballeros de la Hermandad y los cargadores más antiguos. La túnica nos distingue. En el hombro izquierdo llevamos la insignia de la Hermandad pero se diferencia por el color. Es blanco, como el mío, cuando se lleva menos de 25 años de cargar. Es plateado cuando se lleva más de 25 y dorado cuando se pasa de los 50. Debido a su edad, muchos de los que llevan dorado, ya no cargan sino sólo lo portan por honor. También los cinturones identifican el rango. Siempre el rojo y el amarillo es de los que mandan. Todo esto se contempla en los estatutos que uno tiene que saber antes de ingresar a la Hermandad”.

Complicamos la cuestión cuando afirmamos que las procesiones son representaciones de la Pasión y Muerte de Jesucristo, lo cual implica que cada una de ellas es una forma de expresión teatral. Todo cortejo procesional ofrece matices diferentes a diversas horas del día. La luz natural y artificial sobre los decorados es todo un espectáculo. La Procesión de Santo Domingo se caracteriza por presentar escenas en escultura del Vía Crucis, traídas del extranjero. Su ingreso al Templo es una de las formas de emoción cristianas más grandes. Ingresa a media noche. Se apagan todas las luces del Templo y quedan sólo las de las andas en medio del estruendo que ambas bandas, la que acompaña el anda de Jesús y la que acompaña el anda de María, provocan al interpretar “La Granadera”, marcha oficial de entrada, salida y paso de la Catedral de cualquier procesión y la “Marcha Fúnebre” de Chopin, oficial del Santo Entierro de Santo Domingo. Debe decirse que una de las bandas más grandes es la de esta procesión. Su presencia se manifiesta vigorosamente. Fundamentalmente está constituida de instrumentos de viento y percusión. Constituye un orgullo nacional para la rica creación creativa de los compositores que interpretan. Año con año, como todas las bandas, incremente el repertorio. La música juega un papel importante en la psicología de los fieles.

El anda de la Virgen es más pequeña que la de Jesús. Ambas son levantadas de su dosel a las 3 de la tarde, hora en que murió Jesús, del Viernes Santo. Cuando la banda no toca las marchas, un redoblante marca el paso a los cargadores y cargadoras. Cuando el cortejo procesional –como sucede con otros – pasa frente a Catedral, después de oírse “La Granadera”, todos se arrodillan, recibiendo bendición, y cantan el alabado de “El Perdón”. No hay quien calle y no se conmueva con su letra. Actualmente, la procesión pasa frente a Catedral en horas de la tarde. Antes lo hacía en la noche. Provocó este paso, incluso, riñas que llegaron hasta los puños. El señor Rodolfo Solano (QEPD), comentaba que “cuando se encontraban con los de El Calvario llevaban éstos hasta cuchillos, por eso se declaró eran del mercado. El lío fue tal que la procesión de El Calvario ya no pasaba por allí”. En la actualidad, los tres entierros importantes pasan frente a Catedral. Se han puesto de acuerdo para evitar dificultades pero las aglomeraciones de los fieles que quieren ver todos los cortejos es obvia… En la actualidad la Municipalidad de Guatemala coloca graderíos improvisados para que más personas puedan ver las procesiones con mucha comodidad.

Como toda procesión de la capital, la de Santo Domingo consta de sectores de alfombras. Famosas son las del Barrio Moderno de la zona 2 en cuyas calles pasan casi todas las procesiones y no dejan de estar llenas de alfombras. Desde que cambió itinerario la procesión pasa a las 15:15 del Viernes Santo frente a la Universidad Popular, 10ª calle 10 y 11 avenidas zona 1. El maestro Rubén Morales  Monroy (QEPD), director de la Academia Dramática de dicha institución, en su calidad de católico y cargador de Semana Santa comentó en esa ocasión que la Directiva de la Hermandad les comunicó que iba a pasar allí, lo cual fue un honor debido a que tras los 75 años de la UP pasaba por primera vez. “Hicimos entonces una campaña con nuestro alumnado, las muchachas del Colegio Belga y los dueños de la Cafetería El Bombom. Hicimos una alfombra diseñada y realizada por los alumnos ya que encargamos el diseño con el tema del anda a un grupo de señoritas y caballeros, estudiantes de teatro. Hicimos la alfombra de aserrín, pino y flores. Por cuestiones de tiempo no cubrimos la cuadra. La UP aportó Q250.00. Ese año, el día de la Consagración de la Virgen, gastamos Q200.00 porque la alfombra fue sólo de pino y flores. Después de pasar Jesús, miembros de la Directiva, muy satisfechos, nos dieron un diploma para estimularnos”.
 

¿Regalo del mar?

El estudio histórico artístico “La Santísima Virgen del Rosario y su Basílica Menor” de Fray Juan Rodríguez Cabral y Fray Luís María Estrada nos dice que “el artista ignorado que esculpió el Cristo yacente reveló gran erudición y genio; además de los detalles anatómicos, de lo bien estudiados de la actitud del cuerpo, presenta un intenso sentimiento en el rostro, cubierto con el tinte pálido de la muerte, todo en la bella imagen es sobrio y correcto, la cabeza tiene cortos bucles y se apoya sobre una almohada, los labios ligeramente abiertos, los ojos cerrados, la nariz perfilada y la frente amplia y hermosa, este Cristo admirable posee el don de emocionar a las multitudes”. (Pág. 99).

En la procesión acompañan a la imagen del Cristo yacente las de la Virgen de Dolores, que tiene una importancia secundaria, pues sus andas son mucho menos impresionantes. Esta característica de la Procesión de Santo Domingo también lo es de las procesiones de La Antigua Guatemala, porque en la mayoría de las capitalinas el anda de la Virgen María es decorada como la de Jesús.

También, como en casi todas las procesiones, acompañan a Jesús, al lado de la Virgen de Dolores, las imágenes de San Juan Apóstol o Juan Evangelista y María Magdalena. Estas en todas las procesiones - ¡sin excepción!- son de importancia secundaria aunque en algunas forman unidad artística con las andas de Jesús y la Virgen. Es importante anotar que en los últimos años se han incorporado otras imágenes de acompañamiento en la procesión que hoy nos ocupa. Las conocidas como Marías que van al lado de la Virgen, las de San Pedro, José de Arimatea, etc. que van entre los pasos…

Carlos Enrique Zea Flores en “Historia y Descripción de la iglesia de Santo Domingo” comenta que “la imagen de Nuestra Señora mide 1.60 metros, es de vestir por lo que sólo la cabeza y las manos están esculpidas. Es de estilo barroco, del siglo XVII, la talla es de madera que ha sido policromada, tiene huellas de restauración. Las manos entrecruzadas a nivel del pecho denotan actitud de oración, entre ellas lleva tres clavos y a su alrededor una corona de espinas. Los ojos están semi abiertos y tienen gran expresividad, dando la impresión de dolor y cansancio, la boca es pequeña y entreabierta y la nariz es recta. El rostro es un encarnado brillante. La imagen de Santa María Magdalena es también de vestir y de estilo barroco, mide 1.65 metros. Es anónima, tallada en madera y policromada, está bastante mal restaurada. Se deduce que originalmente era imagen que representaba a un varón por los rasgos bruscos de las facciones, el cuello grueso y la prominencia del cartílago tiroides (“manzana de Adán”). Indudablemente le fue puesta cabellera y atuendo femenino. Las orejas son grandes. La boca entreabierta permite ver parcialmente la dentadura. El rostro ha sido tan mal restaurado que da la impresión de tener exceso de maquillaje. Las manos son irregulares, tiene unos dedos más grandes que otros sin proporción anatómica, especialmente, en la mano izquierda. La imagen de San Juan Evangelista es de vestir. Mide 1.65 metros. Se desconoce su autor y la fecha en que se hizo. Están talladas y policromadas en madera sólo las manos y la cabeza, en estilo barroco. Ha sido retocada sin mucho acierto. Tiene la cabeza ligeramente hacia atrás y sus facciones denotan dolor”. (Pág. 55 – 56).

Pero el Cristo de Santo Domingo no es solamente imagen, historia o liturgia como ya hemos visto. Es también leyenda. El mismo estudio de Fray Juan Rodríguez y Fray Luis María Estrada nos dice al respecto: “Transcribimos la nota de Víctor Miguel Díaz, en su obra, “Las Bellas Artes de Guatemala”, refiere respecto del Señor Sepultado de Santo Domingo: Una tradición escrita de Fray Domingo de los Reyes, aceptada como verídica por acreditados cronistas modernos y antiguos, refiere haber sido traído a América, procedente de Inglaterra, cuando el cisma de Enrique VIII, fundador del anglicanismo, la embarcación portadora de la escultura huyendo de los piratas fue a dar a Trujillo, puerto amenazado por los bucaneros; furiosa tormenta azotó la embarcación causándole perjuicios, el capitán hizo llegar a tierra, grandes cajas conteniendo mercaderías y cuadros de pintura, dejándolos abandonados., por esos días llegó a Trujillo el dominico Fray Juan José de Laza. Se informó de las cajas abandonadas en dicho lugar y de acuerdo, con las autoridades, recogió las que contenían objetos religiosos enviándolos a la Capitanía del reino. Fray José encaminose enseguida al puerto llamado Bodegas, después Izabal, y luego a la Capitanía del reino. Semanas más tarde llegaban al monasterio de los dominicos y al abrir la más grande hallaron con sorpresa al Cristo yacente; la comunidad lo trasladó al templo, hubo prolongados toques de campanas, afluencia de autoridades eclesiásticas y civiles, multitud de vecinos principales y de continuo fue expuesto en la nave central”. (Pág. 97).

Todo el año, las imágenes de Jesús y la Virgen permanecen en sus respectivas capillas. Viernes de Dolores, Martes Santo y días de velación son sacadas de ellas y expuestas en la nave central. La de la Virgen, Viernes de Dolores y la de Jesús, Martes Santo. Este día, Jesús es ungido y se dice que los algodones que se le pasan obran milagros. Viernes Santo es la procesión de ambas y Sábado Santo, sólo de la Virgen y es llamada De La Soledad. La Hermandad también tiene réplicas de ambas imágenes que salen en procesión infantil el Sábado Santo o de Gloria acompañando a La Soledad.

Carlos Enrique Zea Flores en la “Historia y descripción de la Iglesia de Santo Domingo” (Pág. 64) expresa: “Hacia el fondo del crucero se encuentra la capilla del Señor Sepultado que fue estrenada en 1924. Le dan cuerpo dos arcos del convento. El piso es de mármol. Toda la capilla está abundantemente iluminada. El Cristo yacente, Cristo del Amor como le llama el padre Ximénez, se encuentra colocado en una urna perteneciente al estilo renacentista. Es de cuerpo completo y se expone vestida, por lo que sólo se aprecian la cabeza, las manos y los pies que están anatómicamente tallados. Los ojos cerrados, la boca entreabierta y la nariz recta, hacen un conjunto que representa una expresión de muerte, pero a la vez de paz. El cabello es natural, pero la barba y el bigote es tallado. Esta es la imagen que ya existía en La Antigua Guatemala…”.

Haga click en la siguiente foto para ver álbum didáctica de Cuaresma y Semana Santa en Guatemala.

 
Cuaresma y Semana Santa en el Centro Historico de Guatemala
 

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