miércoles, 23 de septiembre de 2009
Don Rafael Arévalo Martinez, un guatemalteco fascinante
“Soy como la tierra, nunca viejo”, escribe en su poema “Balada de los últimos amores” el insigne Rafael Arévalo Martínes. Y así es. Su obra lo hace nunca viejo… siempre vigente… apasionante…. Fascinante. Se trata de un hombre especial, distinto, inimaginable en la Guatemala de sus tiempos… un hombre sin tiempo… como en la tierra, nunca viejo.
Don Rafael Arévalo Martinez, un guatemalteco fascinante
Por Cesar Chupina, periodista
¿Fascinante?
Cualquiera que lee los libros de Don Rafael se dice “me hubiese gustado conocerlo”. Tiene un no sé qué (fascinación) la misma que sollo tienen aquellos que desean descifrar el cosmos. Manuel Antonio Girón en su libro “Arévalo Martinez. Su vida y obra” dedica un capitulo a esto: El VI, “Concepción del Cosmos”. En las paginas 20 a 30 expresa: “Arévalo en las paginas finales de su libro filosófico “Concepción del Cosmos”, revelas que se pregunto por el misterio de la vida a los catorce años y desde entonces se dedico a descifrar “el acertijo de un mundo que no tiene solución”, según el mismo lo afirma en frase que complementa el titulo de su obra. Sin embargo, el acertijo esta resuelto ad initio en el terreno del sentimiento en un místico como Arévalo que siente toda la humanidad en si mismo y cuya intuición lo lleva hasta identificarse con todo lo creado… La razón duda de la autenticidad de sus sentimientos. ¿Por qué? Temible pregunta. Para responderla Arévalo se interesa por la filosofía y por la ciencia… Su primera conclusión es que “nunca sabemos nada”, aunque sin perder ánimo… explica que “su filosofía sólo desea el conocimiento” y afirma que para llegar a la concepción mas aproximada a la verdad es necesario trascender las ideas de placer y dolor que, marca de fabrica de la bestia que descendemos, pone sus velos de pasión ante nuestros ojos. Partiendo de tales principios acepta algunas tesis como la del bien en cuanto a que cada hombre tiene su mentira vital, la afirmación de la vida de Nietzche, el decir de Tolstoi de que “Dios es la vida”, la idea ecuánime de que “la felicidad del hombre no es desde luiego el proposito del Universo”, la inexistencia del mal, creencia que dice sustentar desde los catorce años y la apoya con pensamientos de grandes poetas como Rubén Darío y Walt Wittmann; la concepción del dolor relacionado con una ley de compensaciones y su concepto místico de amor a Dios como suplemento de amor a la humanidad, traducido en servicio activo y acrecentamiento ilimitado del bien. Alude a Pascal diciendo que la verdad sin caridad no es Dios y concluye como Kant, llegando al conocimiento de que su filosofía lo llevó primero al escepticismo producido por la razón y finalmente a una afirmación, a la que lo conduce principalmente el corazón, de todos los valores que ha negado… Largo ha sido el rodeo para regresar al punto de partida; ¿Por qué entonces semejante esfuerzo?... “He creído que debía expresar toda mi duda (¡arroja tu demonio interior!) porque es la de mi siglo y lo que yo digo lo piensan aunque lo callen todos los hombres cultos de la actualidad”, Arévalo se ha desgarrado el alma en su “Concepción del Cosmos”. El ultimo capitulo… lleva el mismo titulo que el primero: “El hombre es un animal…” Pero ¿qué animal?, nos preguntamos. La respuesta puede ser similar a la frase con que se inicia la obra de Arévalo: “Un acertijo que no tiene solución”. Hasta aquí la cita pero llegamos a la razón de por qué es un guatemalteco /fascinante”. Porque “mi duda… es la de mi siglo y lo que yo digo piensan aunque lo callen todos los hombres cultos de la actualidad”.
¡…YA!
Voy a morir. Lo sé. Nunca he sentido
tan tremenda verdad con tal certeza.
Veo la muerte que absorbente empieza.
Lo sé con la ansia de animal herido.
Ya mis ojos no ven; y ya mi oído
ha dejado de oír; ya mi cabeza
no sabe discernir con entereza;
ya todo se disuelve en el olvido.
Subí muy alto: Traspase la cima.
Ya tres cuartos de siglo llevo encima
como carga terrífica y letal.
Y empiezo a descender muy lentamente
sin tener asidero en el presente
ni algo que me detenga en el final.
Hombre de bien
Don Rafael Arévalo Martinez representa al guatemalteco promedio que puede definirse como un verdadero hombre de bien. En el capitulo “Trabajo” de “Arévalo Martinez. Su vida y obra” Manuel Antonio Girón Mena comenta que nuestro personaje nació y creció en un medio familiar favorable, lo que le permitió (no sin grandes dificultades) capacitarse para el trabajo y arder en la llama de su propio genio, dándonos un tesoro de poesía y narraciones literarias. En la biografía que hizo Teresa Arévalo de su padre, se nos revela… su edad escolar: “Aprendió a leer rápidamente en el kindergarten y luego paso al colegio de don Luis Castellanos, donde hizo su primera comunión a los siete años. Después siguió sus estudios en el Colegio de Infantes y principio a sufrir debido a que si bien ganaba dificultosamente los años de educación primaria, se sentía culpable por no obtener medallas de distinción en las premiaciones. Lo que entristecía a su padre. En aquel tiempo solía escaparse de la escuela para satisfacer su nacimiento afición por la Literatura en la Biblioteca Nacional…”. (Pág. 34).
Desde niño don Rafael era miope. Pero se dieron cuenta en su familia cierta vez que vacacionaban en el campo. “Durante una caminata sentase a descansar sobre una piedra que sorprendentemente principio a moverse porque era una vaca echada”. (Pág. 34). En la secundaria se esforzaba pero enfermaba. Sin embargo, logro una medalla de oro. El medico dijo que podría morir si no abandonaba los estudios y hubo de hacerlo. Ahora tendría que pasar de empleo en empleo.: Dependiente de tienda, empleado de oficina, empleado bancario. En el Banco Agrícola hipotecario trabajó hasta los 28 años, siendo apreciado y ascendido. Su salud también lo hizo dejar el puesto. Pero como ya se había casado se dedico a dar clases de Gramática. En 1915 colaboro en la Revista de centro América y en 1918 incursiono en la Diplomacia como Secretario de la Oficina Internacional Centroamericana con sede en Guatemala. Luego, durante muchos años paso a ser director de la Biblioteca Nacional. Luego, tras la Revolución del 44, fue representante en Washington ante la Unión Panamericana.
Pero un hombre de bien no lo es sólo porque trabaja. También porque en su vida personal tiene altos valores. En el capitulo VII, “Amor” del libro mencionado de Girón Mena se lee que Arévalo Martinez “disfruto abundantemente del amor en su entorno familiar. Tuvo un buen padre, una maravillosa madre que comprendía las limitaciones de su endeble hijo, cariñosos abuelos, tíos perfectos y hermanos que le dieron sin restricciones su afecto. El pago con la misma moneda… Mucho antes de casarse se había enamorado varias veces, pero aquellos amores fueron pasajeros aunque apasionaron temporalmente al literato. En el terreno afectivo también deben evocarse sus grandes amistades de la juventud… Los mayores de ellos formaron el Grupo Ateneo que corresponde a lo que podría llamarse “la Generación de 1910”… a su esposa… ha dedicado tantos versos… inspirado por Evangelina Andrade Díaz, en sus bodas de oro celebradas el 6 de junio de 1961 escribe “Santa Evangelina”… “Todo se o debo: Le debo la alegría y el pan que por ella como cada día y el agua que bebo. Si ella me falta yo me moriría…”. (Pág. 37 40) al morir don Rafael su descendencia entre hijos, nietos y bisnietos sorpresa el medio ciento y sus obras literarias, pasan del centenar si consideramos como tales algunos poemas que dicen en una pagina mas de lo que muchos libros en quinientas. Este hombre completo en vida familia,. Su vida publica, su vida literaria y su vida espiritual, “nos descubre a cabalidad los secretos del misterio vital y su ejemplo debe ser divulgado a los cuatro mismo…” (Mismo libro, Pág. 42).
EL DERECHO DE AMAR
De sus manos cruzadas sobre el pecho
separó con ternura la más fría,
y la dio a calentar entre la mía.
Y entonces, nuestro amor insatisfecho,
Aquel inmenso amor tuvo un derecho.
¡Nada puede negarse a la agonía!
Cuando la enferma pálida moría
me dejaron llegar hasta su lecho.
¡Oh mi amada inmortal! Como un esposo
pude entonces velar por su reposo
ya hacer míos tu goce y tus dolores.
Y conquisté el derecho de quererte
cuando al vernos sufrir tomó la muerte
bajo su protección nuestros amores.
Más que nada, filósofo
Don Rafael Arévalo Martinez antes que nada era un filosofo que no solo se devela en sus ensayos. La poesía, el teatro, la narrativa y su vida misma es una constante filosófica. Sus versos buscan la respuesta a incógnitas tales como la vida, al muerte, la experiencia vital, la ley de la compensación, Dios, la poesía misma, la Patria (léase o escúchese el Himno a Centro América). En sus cuentos, lo mismo. Todos con profundo carácter metafísico. Como padre del zoomorfismo y de la literatura psicológica lega al mundo su principal herencia, también de carácter metafísico: Ver la realidad con otros ojos, llegar a la profundidad del alma y del a conducta humana. Para ejemplificarlo, lo mejor es “El Hombre que parecía caballo” que, aunque parecía un caballo, no lo era. Tampoco hombre, Sino el Dios interior, el mismo que le dio la fama a Arévalo Martinez, y su protagonista Porfirio Barba Jacob. El mismo que todo hombre lleva adentro. En “Ecce Pericles” pareciera hace lo contrario. Según Girón Mena en su libro mencionado: “Durante la lectura de “Ecce Pericles” me he preguntado: ¿Por qué Arévalo, el artífice del a literatura psicozoológica, al escribir sobre Estrada Cabrera, prefirió compararlo con un ser humano? Se me ha ocurrido una respuesta que me horroriza: Arévalo solo pudo encontrar en el hombre el animal capaz de pervertir la naturaleza, usando su inteligencia. Esta ventaja que es gracia de Dios para hacer el bien, mal empleada hace del ser humano la fiera mas terrible del bestiario y cuando la perversión acontece en gobernantes de talentos, sus características no admiten comparación con las de ningún otro animal”. (Pág. 22 23).
Pero don Rafael también es profeta. Esto es más obvio en su trilogía narrativa: “El mundo de los Malarachias”, “Viaje a Ipanda” y “El Embajador de Torlandia”. Según Girón Mena la mas bella producción en dicha trilogía es “El Mundo de los Malharachias” y la mas embrujadoramente profética: “viaje a Ippanda”. Dicho libro lo escribió Arévalo Martinez en 1938 como un vidente y es un caso sorprendente para los que se interesan por las percepciones extrasensoriales. En “Viaje a Ipantla”, Arévalo traspaso la barrera de esa dimensión tan respetable como discutida que se llama tiempo y con el mayor desenfado describió acontecimientos futuros que se convirtieron en realidades. ¿Tendría Arévalo poderes supernormales de videncia? Si nos atenemos a lo descrito, es factible”. (Pág. 17).
También Girón Mena, en su calidad de medico, el capitulo I de su libro: “el hombre y su entorno” hace hincapié en la hipersensibilidad de don Rafael. Quizá lo “paranormal” no sea mas que la consecuencia lógica de su propio sistema biológico ya que “semejante predominio del sistema nervioso sobre otros tejidos tiene como desventaja el ser endeble y percibir el entorno de la naturaleza y social con una intensidad casi insoportable…”. Por ello, “no es de extrañar que Arévalo Martinez haya percibido la parte animal del hombre en muchos de los personajes de su narrativa y en cuanto a si mismo, saturado por su sensibilidad… El entorno del literato contribuye como circunstancia a modelar su obra. Su destino es vivir en Guatemala. Gobernado por los liberales, cuya ideas son para el un reto a las creencias conservadoras propias de su familia… la Historia le mostró al poeta que no siempre cuando se siembran rosales se cosechan rodas… Arévalo, dada su constitución hipersensible, ha vivido intensamente la crisis del siglo XX, tanto a nivel local en Guatemala, como a nivel internacional, dedicando gran parte de sus inquietudes espirituales a ser interprete del mundo cambiante que le ha tocado habitar, donde se revela como un precursor de tendencias literarias que son de apasionante actualidad. Al respecto,, creo que se le debe considerar como un escritor anticipatorio de la literatura de lo absurdo, el futurismo utópico moderno y el anticesarismo…”. (Pág. 10 11).
POESÍA PURA
Una flor sin raíces en la tierra,
eso pretende todo aquel que ansia
componer una pura poesía
sin la cárcel del vaso que la encierra.
Con la pasión, la mente siempre en guerra,
pura expresión es pura tontería.
De pronto surge en la materia fría
una luz que la enciende y nos aterra
e ilumina lo mismo la guarida
mas humilde, que el mármol o la vida
del patricio y del rey, como la luna
para todos igual, la gema, el barro,
la vajilla de Sewers o el cacharro
pues está en todas partes y en ninguna.
“Mercedes con faldas”
Leemos en la “Literatura Hispanoamericana” de Alfredo Veirravé que junto a Miguel Ángel Asturias, cuya producción estuvo muy influida con Arévalo Martinez (“El Señor Presidente”, premio Nóbel tuvo su antecesor en “Ecce Pericles”) este ultimo “es uno de los escritores mas importantes”. En pocas líneas, el escritor ha resumido su vida con estas palabras: “En cuanto a datos biográficos solo le puedo decir que nací en 1884, que case en 1911, que tengo 7 hijos, un cuerpo endeble hasta lo inverosímil /(pero 94 libras), una neurastenia crónica desde los 14 años. Y nada mas”. (Pág. 223). Según Mario Alberto carrera, autor del prologo de la nueva edición de “Una Vida”, novela autobiográfíca de nuestro personaje, “la producción narrativa de este autor es de fuente autobiográfíca casi toda. Con excepción, quizá de “Viaje a Ipantla” y “El Mundo de los Marahachias” en la que la fuente es utópica como en las novelas de julio Verne. “Una Vida”, por lo tanto, recoge la existencia de su autor casi palmo a palmo y año con año. Aunque no como lo tomaría una obra científica del genero autobiográfico propiamente…. Cuenta los años de infancia… Leer será su destino y su desgracia. Este vicio, como el lo llama, lo llevara a la amargura y aumentara la hiperestesia que el concibe como congénita… “Una Vida” nos presenta un retrato psicológico perfecto: Un joven rechazado y que rechaza al padre, cuya figura odia y busca simbólicamente en otros hombres. Que ama a la madre con fijación y la idealización de los siete años. Sin que, pese a que los años pasan, su sublimidad y perfección se modifiquen o se transfieran a otra mujer: la novia, la amante o la esposa. Es indudable que un sentimiento de inferioridad se incrusto en la joven personalidad de Arévalo Martinez. Sentimiento incrustado por su padre, especialmente, en aquel cuerpo débil por naturaleza. Un biotipo sensible y poco vigoroso, unido a una educación subordinante y quizá hasta cruel, produjo un escrito emocionable, de grandes vuelos imaginativos y fantasiosos que tuvo que encontrar un camino artístico como el de Arévalo Martinez… Le decían “Mercedes con Faldas”, por el parecido e identificación con la madre. ¿Fue por ello que como su progenitora no quiso ser profesional? En cambio aprendió literatura de los proverbios que aquella muchas veces en verso, le enseño en la infancia…. Descubre para nuestra investigación u espíritu atormentado e interiorizado que tuvo de adoptar temas y problemas, mas tarde en sus grades obras, que revelan su estructura interior y sus preferencias argumentales y temáticas, que retiran el “motivo literario” del “Edipo Rey”… “Una vida” es, en conclusión, una novela… de poca importancia literaria… Su importancia esta pues en que ella es el punto de arranque explicativo para entender ¿Por qué mas tarde Arévalo Martinez va a estar en cantante busca literaria de su padre?... El señor de Acetal resulta ser el “padre literaria” que el escritor busca… La clave para entender esta predilección de temas y argumentos en la novela de Arévalo Martinez la podemos descubrir en “Una Vida” y en “Manuel Aldano” de ahí la importancia estructural entre estas dos piezas. Y de ahí también mi preocupación por analizarla no tanto estilísticamente cuanto psicológicamente. Porque el estilo, en todo caso, es producto siempre de una psiquis que esta estructurada de modo particular Portu especial contexto… De “Una Vida” arranca su mágica patología que más tarde, sin que nos preocupe demasiado ella, será capaz de ofrecer un estilo literario tan artístico envuelto en una atmósfera verdaderamente inolvidable”. (Pág. 11 25).
BALADA DE LOS ÚLTIMOS AMORES
Ya tengo medio siglo y sin embargo
los ojos se me van tras las muchachas.
He seguido a mis hijas en la calle
si no me dan la cara.
¿Qué hacemos, corazón, porque envejezcas?
¿Cuándo envejeces almá?
He amado sucesivas ocasiones
del mismo tronco o de la misma rama
y dirigí cumplidos a las nietas
de las mujeres en un tiempo amadas.
Pues soy como la tierra, nunca viejo
y muy capaz a todas de guardarlas.
Siento el influjo de la primavera
como si tuviera el suelo dem i patria.
Ya tengo medio siglo y sin embargo
los ojos se me van tras las muchachas.
Nota biográfica de Rafael Arévalo Martinez
Tomada de “Una Vida” de Editorial Cultura. Escrita por Francisca Noguero Jiménez.
• Nació en la ciudad de Guatemala el 25 de julio de 1884, siendo el hijo mayor del abogado José Rafael Arévalo Arroyo y de Mercedes Martinez Pineda.
• En 1890 ingreso a la Escuela de Primeras Letras de doña Concepción Aguilar.
• En 1891 en el Colegio de don Luis Castellanos.
• De 1892 a 1902 estudio en el Colegio de Infantes hasta el segundo año de Enseñanza Secundarias para obtener el titulo de Bachiller.
• De 1903 a 1904 trabajo en dos oficinas de Cambio de moneda.
• De 1905 a 1907 en el Banco Agrícola Hipotecario.
• En 1909 obtuvo el primer premio en el concurso de la revista “Electra” por su cuento “Mujer y niños”.
• En 1911 publico “Maya”, su primer libro de poemas, prologado por José Santos Chocano. En el mismo año caso con Evangelina Andrade Díaz, su compañera a lo largo de toda la vida, de quien tuvo siete hijos.
• En 1912 fue redactor de Diario “La Republica” en Guatemala.
• En 1914 publicó la novela autobiográfíca “Una Vida”, el libro de poemas “los Atormentados” y compuso “El hombre que parecía un caballo”, su primer relato psicozoológico, que vería la luz un año después.
• Desempeño en 1915 el cargo de secretario y profesor de la Escuela Practica de Señoritas del a ciudad de Quetzaltenango.
• El 1915 fue redactor de “El Nuevo tiempo” de Tegucigalpa. Asimismo, de julio de 1915 a junio de 1991 fue redactor de la Revista “Centroamericana”, órgano de publicidad de la Oficinas Internacional centroamericana; de julio de 1919 a junio de 19120 ascendió a director de la citada revista y fue nombrado secretario de embajada con inmunidades diplomáticas, cargo al que renuncio en 1920.
• En 1918 apareció “las Rosas de Engaddi”, su tercer libro de poemas.
• En el segundo semestre de 1920 realizo su primera visita al os Estados Unidos. La falsa noticia de su muerte se extendió por el mundo hispanoparlante.
• Juan de Dios Bojorquez, encargado de la Legación de México en Guatemala, le otorgo el puesto de Director de la Biblioteca que formo en la Legislación de su país, cargo que Arévalo detento de 1922 a 1925. por entonces aparecieron publicados el libro de relatos “El señor Monitos” y la novela autobiográfíca “Manuel Aldano”.
• En 1947 apareció su libro de poemas “Por un caminito así”.
• En 1954 publico su ensayo “Concepción del Cosmos”
• En 1955 vio la luz su segundao bra de teatro en verso: “El Hijo Prodigo”.
• En 1959 apareció su novela “Hondura” y su libro “Poemas”. Publico: “Obras escogidas: Cuentos y poesías” con ocasión de su 50 aniversario como figura literaria.
• En 19560 vio la luz “El Embajador de Tofania”
• En 1968 publico “Narración sumaria de mi vida” de corte autobiográfico y su libro de relatos “Cratilo y otros cuentos”.
• En 1971 apareció el ensayo “Cuatro contactos con lo sobrenatural y otros relatos”, una colección de historias y anotaciones personales.
• Murió el 12 de junio de 12975 en la ciudad de Guatemala.
• En 1984 apareció póstumamente su nuevo libro “Ubico”, biografía sobre el General jorge Ubico.
Galardones•
El 11 de septiembre de 1935 el presidente de Ecuador le concedió la Condecoración al Merito en el grado de oficial.
• El 2 de agosto de 1950 el Presidente de México le otorgó la orden del Águila Azteca.
• El 3 de febrero de 1959 el Presidente de Nicaragua lo condecoró con la orden Rubén Darío en el grado de Gran Cruz.
• El 12 de octubre de 1958 el Presidente de Guatemala le concedió la Orden del Quetzal en el grado de Gran Oficial.
• En 1969 la Avocación de Periodistas de Guatemala le concedió el Quetzal de Oro por su libro “Cratilo y otros cuentos”.
• Fue miembro correspondiente de la Academia Española de la Lengua desde 1921, de la Asociación Nacional de Escritores y del a Sociedad de Geografía e Historia. Fue incluido en la lista de los Cien Clásicos de América, establecida por el Instituto Iberoamericano.
LA VIDA CUELGA
La vida cuelga en todas partes;
cuelga en los brazos de una madre
y en las ramas de un árbol
y aun del as manos de una estatua de mármol
hecha nidos de golondrinas.
La vida cuelga por doquier.
Y las columnas de la vida
son el manzano y la mujer.
NOTA: El autor del presente decidió intercalar en el texto en negritas solo poesía de don Rafael, debido a que lo más difundido de su obra es la narrativa.
NOTA: El ultimo párrafo de este reportaje (“Nota Biográfica”) es tomado textualmente de la ultima edición de “Una Vida” realizada por Editorial Cultura
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