En Guatemala, la celebración del V Centenario del Descubrimiento de América dio la pauta para que se cambiaran algunos aspectos culturales que venían desarrollándose desde épocas anteriores. Y sacó a la luz algunas “vergüenzas” culturales de las que nos ocupamos en este espacio.
Descubrimiento de América: Entre la vergüenza y lo objetivo
Por César Chupina, periodista
La notoriedad que empezaron a tener los grupos aborígenes de todo el mundo se remarcó con el otorgamiento del Premio Nobel de la Paz a Rigoberta Menchú quien desde entonces se convirtió en un símbolo de la reivindicación de los pueblos indígenas, los cuales, en medio de su lucha por sobrevivir han caído en la injusticia histórica de perder la objetividad ante un hecho como el Descubrimiento de América.
Derechos indígenas
Desde el V Centenario del descubrimiento de América empezaron a gestarse movimientos que en Guatemala redundaron en algunos de los Acuerdos de Paz dedicados a este sector de la población así como el cambio de hechos culturales como lo son la educación bilingüe; el reconocimiento oficial de nacionalidades en la creación de una nueva bandera y el cambio de celebraciones como la del 12 de Octubre, fecha en que Cristóbal Colón descubrió América, que se denominaba como el Día de la Raza.
En Guatemala, la reivindicación de los pueblos indígenas se ha dado a paso lento. Se ha reconocido que Guatemala es un país plurilingüe, pluriétnico y multicultural. Lo pueblan 25 naciones de las cuales 23 son indígenas y 22 se reconocen de ascendencia Maya. El acceso a la educación superior ha desarrollado un grupo de intelectuales de gran envergadura entre los que destacan nombres en todas las ramas del quehacer humano y en la que merece hincapié la ahora Dra. Irma Alicia Velásquez Nimatuj,en la grafica, reconocida comunicadora quien hace pocos años protagonizó un vergonzoso episodio racista: Por portar su traje original fue expulsada de un restaurante de mediana calidad en el Centro Histórico del a Ciudad de Guatemala. Irma Alicia no se dejó. Hizo las gestiones pertinentes y su caso se convirtió en emblemático siendo hasta la fecha ícono de la reivindicación de quienes se consideran “los verdaderos dueños de estas tierras”.
El famoso debate
La expresión "descubrimiento de América" para referirse a la llegada de Colón al continente americano ha sido criticada por diversos sectores, culturas y estudiosos, dando lugar a un amplio y apasionado debate. Este debate, ha estado íntimamente vinculado al uso de los términos "Día de la Raza", "Día de la Hispanidad", "Día de la Resistencia Indígena" y otros creados para referirse al mismo suceso. El debate se generalizó en 1992, en ocasión del V centenario de la llegada de Colón a América.
Para mí, en lo personal, valoro tanto mi raíz hispánica como la indígena y sé que en Genética hemos heredado tanto virtudes como defectos de las dos. Y por supuesto que con fundamentos de Genética debe verse también lo peyorativo que es la denominación “Día de la raza” cuando éste es un concepto superado por el de etnia. Me inclino más por la Postura Conciliadora que defino más adelante porque le guste o no, los sectores hispanizantes deben reconocer la destrucción histórica que ha sido mancillar la identidad indígena y los sectores indígenas americanos deben ser objetivos porque la hispanidad es parte de nuestra realidad y desde cualquier perspectiva es más que evidente: Histórica, Antropológica, Sociológica, Cultural, etc. Mi obra literaria, periodística y teatral reflejan esta conciliación desde mi Embajada Cultural de la Paz a la que como ciudadano guatemalteco preparado y comprometido con los procesos de paz tengo derecho siendo el caso más reciente la publicación en varias redes sociales de mis novelas Abuela Libertad ( http://www.salamaga.com/profiles/blogs/abuela-libertad-novela ) y Pablo Mio( http://puntoh.ning.com/profiles/blogs/pablo-mio-novela-de-cesar ) .
La última novela mía referida fue concebida en mis años de infancia y hubo de desarrollarse como idea por muchos años hasta que, lo que refleja uno de los protagonistas principales, su sacerdocio maya refleja no sólo mi compromiso con la reivindicación de mi raíz indígena como el conocimiento tardío de la misma en aspectos como la Cosmovisión Maya que a mi entender, cuando sea realmente valorado en Guatemala, nos dará las pautas para una mejor convivencia social y la solución de los problemas que nos aquejan actualmente y que son una triste consecuencia de lo que se inició con la dominación española.
Lamentablemente, muchos de los partidarios de la denominación “Día de la Hispanidad” son propiciadores del seguimiento del antiguo concepto de la superioridad europea, lo cual se pone de manifiesto cuando los mismos españoles interfieren en asuntos internos como ha sucedido en Guatemala donde dicha intromisión ha sido paulatina desde que España y Guatemala reanudaron relaciones diplomáticas tras la Quema de la embajada de España en la que murió el padre de la Nobel de la Paz, don Vicente Menchú. En esto también debo hacer una salvedad: Yo no me opongo, como lamentablemente ha sucedido con otros compatriotas, al desarrollo y convivencia con españoles en Guatemala. A lo que me opongo es a la intromisión de los que no tienen derecho como es el caso de quienes siguen siendo españoles (diplomáticos, por ejemplo) y creen con derecho de intervenir por la ayuda que están dando.
Recientemente, el otorgamiento del Premio Nacional de Literatura a Francisco Pérez de Antón ha producido reacciones “nacionalistas” con las que no estoy de acuerdo porque Antón enaltece un premio de lo más ridículo (ya que ni siquiera promueve la obra de los premiados) en vez de ser al revés. Tengo “estacionado un artículo periodístico sobre los Premios Nacionales de Literatura en Latinoamérica, el cual me incentivó a escribirlo el otorgamiento en Chile a Isabel Allende que coincidía en que al mismo tiempo otorgaban el Premio de Honduras al poeta y amigo mío Villeda Arita. Pues, me dije, pongamos de todos los países y qué vergüenza, cuando busqué material sobre Quique Noriega a quien le daban el suyo en Guatemala no había más que un par de fotos en Internet y ni siquiera uno de sus poemas. Me dio vergüenza y engaveté el artículo.
En cuanto al otorgamiento a Pérez de Antón dejo el siguiente enlace de un artículo escrito por Pedro Trujillo en el matutino guatemalteco Prensa libre cuyas palabras en toda su dimensión hago mías. Esto es para quien dude que estoy en contra de mi raíz hispánica. No. repito: En contra de la intromisión política, hija de esa “superioridad española” que tanto daño nos ha hecho en América desde la venida de Cristóbal Colón. http://prensalibre.com.gt/opinion/Francisco-Perez-Anton_0_570542955.html Lo termino de “rematar” con otro enlace a mi visión periodística sobre el asentamiento extranjero en Guatemala, el que para mí es un elemento de enriquecimiento cultural: http://porcesarchupina.blogspot.com/2009/09/extranjeros-de-nacimiento-guatemaltecos.html Adiciono tambien algo sobre por que soy Embajador de la Paz http://chupinateatro.blogspot.com/search?updated-max=2011-05-24T14%3A01%3A00-07%3A00&max-results=7
La postura tradicional
Viene desde fines del siglo XVI. Utiliza el término "descubrimiento de América", para referirse exclusivamente al acto realizado por Colón el 12 de octubre de 1492, al llegar a la Isla Guanahani conduciendo una expedición española embarcada en las famosas tres carabelas. Esta postura entiende el término "Descubrimiento de América" no como un acto sino como una etapa, la primera de la expansión colonial de Europa, sucedida luego por otras dos etapas: la conquista y la colonización. Algunos incluyen también en esta etapa otros viajes europeos de llegada a diversas zonas de América (primera llegada al Pacífico, Norteamérica, etc.) Tiene su origen en el "mito del piloto original" ya presente en los testimonios del padre Bartolomé de las Casas, luego modificado por Fernando Colón en la biografía de su padre, "Vida del almirante" publicada en 1571. Hay sectores que discuten el alcance original, y sostienen que el término debe extenderse a todos los viajes de Colón a América.
Esta postura tradicional ha sido modificada cuando sostiene que es incorrecto aplicar el término "descubrimiento de América" a ninguno de los actos realizados por Colón y sus hombres, y que dicha denominación debe reservarse al momento que el primer europeo "descubrió" que Colón había llegado a tierras desconocidas hasta entonces para las culturas europeas, africanas, asiáticas y polinésicas del siglo XV. Este momento también se encuentra discutido, pero existe cierto consenso en atribuírselo al italiano Américo Vespucio. Esta postura es la que se aplicó cuando los europeos denominaron "América" a ese continente.
La postura cronológica
Sostiene que el término "descubrimiento", a secas, o "primer descubrimiento", debe ser reservado para el primer ser humano en realizarlo, y en el caso en debate, para los primeros seres humanos en poblar el continente americano. Esta postura es utilizada por algunos arqueólogos, antropólogos e historiadores, como por ejemplo William Dancey (Ohio State University). Finalmente esta postura admitiría denominaciones sucesivas como "primer descubrimiento", "segundo descubrimiento", "tercer descubrimiento", "cuarto descubrimiento", de América, para referirse a las llegadas de los primeros seres humanos, y luego de los vikingos/europeos y españoles/europeos, respectivamente.
Esta postura también ha sido modificada con varias variantes. Una de ella es la europea vikinga que rechaza la aplicación del término "descubrimiento de América" para la llegada de Colón, porque sostiene que los primeros europeos en llegar a América fueron los vikingos, debiendo aplicarse el término a la llegada a América de Leif Eriksson en 985. Por su parte la Postura Cronológica modificada europea moderna sostiene que hubo otros europeos modernos que descubrieron América antes de la llegada de Colón, como la hipótesis de Alonso Sánchez de Huelva. Otra variante es la Postura cronológica no europea: Sostiene que antes que ningún pueblo europeo hubo otros pueblos no europeos en llegar a América luego de los siberianos. Los casos varían entre chinos, polinésicos, fenicios, egipcios, marroquís etc.
La Postura etnológica
Sostiene que puede considerarse "descubrimiento" al realizado por cada cultura o etnia en condiciones de aislamiento. De este modo tanto la llegada original de los siberianos a América (y eventualmente de otras etnias), como las posteriores de los inuit, los vikingos y los españoles, significaron un "descubrimiento" para cada una de esas etnias o culturas. En este caso, algunos estudiosos proponen adicionar al término "descubrimiento" la etnia o cultura para la que es significativa, hablando de "descubrimiento de América por los vikingos" o "descubrimiento de América por los europeos medievales", etc. Un ejemplo de esta postura es el libro The American Discovery of Europe (El descubrimiento americano de Europa), de Jack D. Forbes, 2006. Esta postura abrió camino también al concepto de "Descubrimiento de Europa" por parte de las culturas indígenas, cuya existencia también desconocían, concepto que utilizan algunos historiadores como Daniel Richter (Universidad de Pensilvania, en Native American Discoveries of Europe) o el Estado de Chile que denomina al 12 de octubre como Día del Descubrimiento de Dos Mundos. Postura pluralista: Esta postura acepta que para diversos grupos sociales, étnicos, lingüísticos y culturales, el término "descubrimiento de América" tiene múltiples acepciones, sin tomar partido por ninguna.
La Postura indigenista /anticolonialista
En Guatemala, la reivindicación de los pueblos indígenas se ha dado a paso lento. Se ha reconocido que Guatemala es un país plurilingüe, pluriétnico y multicultural. Lo pueblan 25 naciones de las cuales 23 son indígenas y 22 se reconocen de ascendencia Maya. El acceso a la educación superior ha desarrollado un grupo de intelectuales de gran envergadura entre los que destacan nombres en todas las ramas del quehacer humano y en la que merece hincapié la ahora Dra. Irma Alicia Velásquez Nimatuj,en la grafica, reconocida comunicadora quien hace pocos años protagonizó un vergonzoso episodio racista: Por portar su traje original fue expulsada de un restaurante de mediana calidad en el Centro Histórico del a Ciudad de Guatemala. Irma Alicia no se dejó. Hizo las gestiones pertinentes y su caso se convirtió en emblemático siendo hasta la fecha ícono de la reivindicación de quienes se consideran “los verdaderos dueños de estas tierras”.
El famoso debate
La expresión "descubrimiento de América" para referirse a la llegada de Colón al continente americano ha sido criticada por diversos sectores, culturas y estudiosos, dando lugar a un amplio y apasionado debate. Este debate, ha estado íntimamente vinculado al uso de los términos "Día de la Raza", "Día de la Hispanidad", "Día de la Resistencia Indígena" y otros creados para referirse al mismo suceso. El debate se generalizó en 1992, en ocasión del V centenario de la llegada de Colón a América.
Para mí, en lo personal, valoro tanto mi raíz hispánica como la indígena y sé que en Genética hemos heredado tanto virtudes como defectos de las dos. Y por supuesto que con fundamentos de Genética debe verse también lo peyorativo que es la denominación “Día de la raza” cuando éste es un concepto superado por el de etnia. Me inclino más por la Postura Conciliadora que defino más adelante porque le guste o no, los sectores hispanizantes deben reconocer la destrucción histórica que ha sido mancillar la identidad indígena y los sectores indígenas americanos deben ser objetivos porque la hispanidad es parte de nuestra realidad y desde cualquier perspectiva es más que evidente: Histórica, Antropológica, Sociológica, Cultural, etc. Mi obra literaria, periodística y teatral reflejan esta conciliación desde mi Embajada Cultural de la Paz a la que como ciudadano guatemalteco preparado y comprometido con los procesos de paz tengo derecho siendo el caso más reciente la publicación en varias redes sociales de mis novelas Abuela Libertad ( http://www.salamaga.com/profiles/blogs/abuela-libertad-novela ) y Pablo Mio( http://puntoh.ning.com/profiles/blogs/pablo-mio-novela-de-cesar ) .
La última novela mía referida fue concebida en mis años de infancia y hubo de desarrollarse como idea por muchos años hasta que, lo que refleja uno de los protagonistas principales, su sacerdocio maya refleja no sólo mi compromiso con la reivindicación de mi raíz indígena como el conocimiento tardío de la misma en aspectos como la Cosmovisión Maya que a mi entender, cuando sea realmente valorado en Guatemala, nos dará las pautas para una mejor convivencia social y la solución de los problemas que nos aquejan actualmente y que son una triste consecuencia de lo que se inició con la dominación española.
Lamentablemente, muchos de los partidarios de la denominación “Día de la Hispanidad” son propiciadores del seguimiento del antiguo concepto de la superioridad europea, lo cual se pone de manifiesto cuando los mismos españoles interfieren en asuntos internos como ha sucedido en Guatemala donde dicha intromisión ha sido paulatina desde que España y Guatemala reanudaron relaciones diplomáticas tras la Quema de la embajada de España en la que murió el padre de la Nobel de la Paz, don Vicente Menchú. En esto también debo hacer una salvedad: Yo no me opongo, como lamentablemente ha sucedido con otros compatriotas, al desarrollo y convivencia con españoles en Guatemala. A lo que me opongo es a la intromisión de los que no tienen derecho como es el caso de quienes siguen siendo españoles (diplomáticos, por ejemplo) y creen con derecho de intervenir por la ayuda que están dando.
Recientemente, el otorgamiento del Premio Nacional de Literatura a Francisco Pérez de Antón ha producido reacciones “nacionalistas” con las que no estoy de acuerdo porque Antón enaltece un premio de lo más ridículo (ya que ni siquiera promueve la obra de los premiados) en vez de ser al revés. Tengo “estacionado un artículo periodístico sobre los Premios Nacionales de Literatura en Latinoamérica, el cual me incentivó a escribirlo el otorgamiento en Chile a Isabel Allende que coincidía en que al mismo tiempo otorgaban el Premio de Honduras al poeta y amigo mío Villeda Arita. Pues, me dije, pongamos de todos los países y qué vergüenza, cuando busqué material sobre Quique Noriega a quien le daban el suyo en Guatemala no había más que un par de fotos en Internet y ni siquiera uno de sus poemas. Me dio vergüenza y engaveté el artículo.
En cuanto al otorgamiento a Pérez de Antón dejo el siguiente enlace de un artículo escrito por Pedro Trujillo en el matutino guatemalteco Prensa libre cuyas palabras en toda su dimensión hago mías. Esto es para quien dude que estoy en contra de mi raíz hispánica. No. repito: En contra de la intromisión política, hija de esa “superioridad española” que tanto daño nos ha hecho en América desde la venida de Cristóbal Colón. http://prensalibre.com.gt/opinion/Francisco-Perez-Anton_0_570542955.html Lo termino de “rematar” con otro enlace a mi visión periodística sobre el asentamiento extranjero en Guatemala, el que para mí es un elemento de enriquecimiento cultural: http://porcesarchupina.blogspot.com/2009/09/extranjeros-de-nacimiento-guatemaltecos.html Adiciono tambien algo sobre por que soy Embajador de la Paz http://chupinateatro.blogspot.com/search?updated-max=2011-05-24T14%3A01%3A00-07%3A00&max-results=7
La postura tradicional
Viene desde fines del siglo XVI. Utiliza el término "descubrimiento de América", para referirse exclusivamente al acto realizado por Colón el 12 de octubre de 1492, al llegar a la Isla Guanahani conduciendo una expedición española embarcada en las famosas tres carabelas. Esta postura entiende el término "Descubrimiento de América" no como un acto sino como una etapa, la primera de la expansión colonial de Europa, sucedida luego por otras dos etapas: la conquista y la colonización. Algunos incluyen también en esta etapa otros viajes europeos de llegada a diversas zonas de América (primera llegada al Pacífico, Norteamérica, etc.) Tiene su origen en el "mito del piloto original" ya presente en los testimonios del padre Bartolomé de las Casas, luego modificado por Fernando Colón en la biografía de su padre, "Vida del almirante" publicada en 1571. Hay sectores que discuten el alcance original, y sostienen que el término debe extenderse a todos los viajes de Colón a América.
Esta postura tradicional ha sido modificada cuando sostiene que es incorrecto aplicar el término "descubrimiento de América" a ninguno de los actos realizados por Colón y sus hombres, y que dicha denominación debe reservarse al momento que el primer europeo "descubrió" que Colón había llegado a tierras desconocidas hasta entonces para las culturas europeas, africanas, asiáticas y polinésicas del siglo XV. Este momento también se encuentra discutido, pero existe cierto consenso en atribuírselo al italiano Américo Vespucio. Esta postura es la que se aplicó cuando los europeos denominaron "América" a ese continente.
La postura cronológica
Sostiene que el término "descubrimiento", a secas, o "primer descubrimiento", debe ser reservado para el primer ser humano en realizarlo, y en el caso en debate, para los primeros seres humanos en poblar el continente americano. Esta postura es utilizada por algunos arqueólogos, antropólogos e historiadores, como por ejemplo William Dancey (Ohio State University). Finalmente esta postura admitiría denominaciones sucesivas como "primer descubrimiento", "segundo descubrimiento", "tercer descubrimiento", "cuarto descubrimiento", de América, para referirse a las llegadas de los primeros seres humanos, y luego de los vikingos/europeos y españoles/europeos, respectivamente.
Esta postura también ha sido modificada con varias variantes. Una de ella es la europea vikinga que rechaza la aplicación del término "descubrimiento de América" para la llegada de Colón, porque sostiene que los primeros europeos en llegar a América fueron los vikingos, debiendo aplicarse el término a la llegada a América de Leif Eriksson en 985. Por su parte la Postura Cronológica modificada europea moderna sostiene que hubo otros europeos modernos que descubrieron América antes de la llegada de Colón, como la hipótesis de Alonso Sánchez de Huelva. Otra variante es la Postura cronológica no europea: Sostiene que antes que ningún pueblo europeo hubo otros pueblos no europeos en llegar a América luego de los siberianos. Los casos varían entre chinos, polinésicos, fenicios, egipcios, marroquís etc.
La Postura etnológica
Sostiene que puede considerarse "descubrimiento" al realizado por cada cultura o etnia en condiciones de aislamiento. De este modo tanto la llegada original de los siberianos a América (y eventualmente de otras etnias), como las posteriores de los inuit, los vikingos y los españoles, significaron un "descubrimiento" para cada una de esas etnias o culturas. En este caso, algunos estudiosos proponen adicionar al término "descubrimiento" la etnia o cultura para la que es significativa, hablando de "descubrimiento de América por los vikingos" o "descubrimiento de América por los europeos medievales", etc. Un ejemplo de esta postura es el libro The American Discovery of Europe (El descubrimiento americano de Europa), de Jack D. Forbes, 2006. Esta postura abrió camino también al concepto de "Descubrimiento de Europa" por parte de las culturas indígenas, cuya existencia también desconocían, concepto que utilizan algunos historiadores como Daniel Richter (Universidad de Pensilvania, en Native American Discoveries of Europe) o el Estado de Chile que denomina al 12 de octubre como Día del Descubrimiento de Dos Mundos. Postura pluralista: Esta postura acepta que para diversos grupos sociales, étnicos, lingüísticos y culturales, el término "descubrimiento de América" tiene múltiples acepciones, sin tomar partido por ninguna.
La Postura indigenista /anticolonialista
Los pueblos indígenas americanos han tendido a cuestionar el término "descubrimiento de América" por considerarla una denominación eurocéntrica, que ignora la presencia de sus antepasados en América al momento de la llegada de los españoles, dando prioridad a la idea de América como "tierras" antes que como pueblos, con el fin de legitimar culturalmente la posterior dominación y colonización de la que fueron objeto. Con esta postura coinciden los sectores opuestos al colonialismo y al neocolonialismo para quienes el término es una expresión de colonialismo cultural. En general han propuesto términos alternativos como "Invasión de América", o "Día de la Resistencia", entre otros.
Luis Alfredo Arango, poeta indígena de Totonicapán, Guatemala,en la grafica, sintetiza en una de sus creaciones esta postura. Se denomina “Verdadera historia”.
Las desearon.
Se les irguió lo caballo.
Después de tanto navegar,
después de tanto andar
luchando,
batallando,
poniendo nombres,
decapitando ciudades,
templos, guerreros.
Al entrar en sus reinos,
al desflorar universos,
cómputos,
edades para siempre,
¡las desearon!
Se desabotonaron,
se quitaron las correas,
las espadas,
los arneses.
Y fue ahí sobre la tierra.
¡Oh mujeres, madres,
viejas y doncellas!
Lo que se construyó después fue mentira.
Hubo un instante humano,
una sola vez verdadero.
Después edificaron falsedades,
separaciones, convenios.
¡Hay que ver cómo venían!
Les hirvió la carne y se la desabrocharon.
Las desearon a la orilla de la playa,
en los légamos,
en los caminos ensangrentados,
en las ciudades humeantes.
Las fecundaron a golpes,
a mordidas de lebrel,
con sangre que ha navegado,
que se ha mezclado con vino,
con pólvora.
Eso es lo único exacto.
Lo verdadero.
Locos, sedientos, heridos,
se desnudaron,
se quitaron los harapos,
se acostaron a la sombra
de cacaos soñolientos
Y NOS SEMBRARON
a dentelladas,
a fogonazos,
a golpes calientes
de carne y hueso,
de pellejo,
de insomnio y de sueño,
de instinto sublevado,
de ayuno que traían.
Las desearon y
después
las despreciaron.
Eso fue todo.
La Postura hispanista
Rechaza como acto de "indigenismo" (en sentido peyorativo) y considera un ataque contra la Hispanidad, todo cuestionamiento al término "descubrimiento de América" que no signifique llegada de los españoles a América con Colón. Para esta postura el término y el hecho que expresa, está vinculado a la superioridad de la cultura hispana, occidental y cristiana, sobre las demás. La posición hispanista estuvo originalmente vinculada a la invención en 1915 del controvertido "Día de la Raza" como Día de la Hispanidad y de la Raza Española, para el 12 de octubre, aunque luego varios países atemperaron su significado para relacionarlo con una supuesta raza mestiza. Esta postura, con su significado más hispanista, fue difundida intensamente por algunas dictaduras latinoamericanas en los años 1970.
La Postura conciliatoria
Propone "conciliar" las posturas indigenista/anticolonialista con la hispanista, sosteniendo que antes que poner el acento en la mayor o menor violencia que pudiera haber caracterizado la llegada de los españoles a América, lo que se debe destacar es el hecho del encuentro entre dos grupos de culturas humanas que habían vivido separados por milenios. Esta postura propone denominar "Encuentro de Dos Mundos" o "Encuentro de Dos Culturas", al hecho de la llegada de Colón a América.
Las Posturas nacionales
En varios países tienen sus propias posturas oficiales frente al 12 de octubre de 1492 y su denominación, en muchos casos rechazando o limitando la denominación "Descubrimiento de América". En Argentina, por ejemplo, para el INADI (Instituto Nacional contra la Discriminación) "la idea de descubrimiento y el elogio de la conquista española" es violatoria de la Convención sobre Eliminación de toda Forma de Discriminación Racial y constituye un acto de discriminación (Día de la Raza: el Inadi quiere eliminar el feriado nacional del 12 de octubre). Chile considera que el 12 de octubre de 1492 fue un “Día del descubrimiento de Dos Mundos”.
En Guatemala la postura nacional aún está definiéndose. Se ha logrado el reconocimiento de que para que avancemos debe llegarse a un estado Pluricultural pero para el efecto debe desarrollarse pacífica un Diálogo Intercultural, lo cual aún no ha podido darse en medio de la polarización que remarca el mismo racismo. Los Gobiernos han hecho lo posible por incorporar indígenas en su personal y se ha llegado a desarrollar una nueva bandera que representa a todas las Naciones que conforman el territorio guatemalteco pero que no todos aceptan como válida escudándose en una guatemalidad inexistente.
Herencia de “la superioridad” española
Luis Alfredo Arango, poeta indígena de Totonicapán, Guatemala,en la grafica, sintetiza en una de sus creaciones esta postura. Se denomina “Verdadera historia”.
Las desearon.
Se les irguió lo caballo.
Después de tanto navegar,
después de tanto andar
luchando,
batallando,
poniendo nombres,
decapitando ciudades,
templos, guerreros.
Al entrar en sus reinos,
al desflorar universos,
cómputos,
edades para siempre,
¡las desearon!
Se desabotonaron,
se quitaron las correas,
las espadas,
los arneses.
Y fue ahí sobre la tierra.
¡Oh mujeres, madres,
viejas y doncellas!
Lo que se construyó después fue mentira.
Hubo un instante humano,
una sola vez verdadero.
Después edificaron falsedades,
separaciones, convenios.
¡Hay que ver cómo venían!
Les hirvió la carne y se la desabrocharon.
Las desearon a la orilla de la playa,
en los légamos,
en los caminos ensangrentados,
en las ciudades humeantes.
Las fecundaron a golpes,
a mordidas de lebrel,
con sangre que ha navegado,
que se ha mezclado con vino,
con pólvora.
Eso es lo único exacto.
Lo verdadero.
Locos, sedientos, heridos,
se desnudaron,
se quitaron los harapos,
se acostaron a la sombra
de cacaos soñolientos
Y NOS SEMBRARON
a dentelladas,
a fogonazos,
a golpes calientes
de carne y hueso,
de pellejo,
de insomnio y de sueño,
de instinto sublevado,
de ayuno que traían.
Las desearon y
después
las despreciaron.
Eso fue todo.
La Postura hispanista
Rechaza como acto de "indigenismo" (en sentido peyorativo) y considera un ataque contra la Hispanidad, todo cuestionamiento al término "descubrimiento de América" que no signifique llegada de los españoles a América con Colón. Para esta postura el término y el hecho que expresa, está vinculado a la superioridad de la cultura hispana, occidental y cristiana, sobre las demás. La posición hispanista estuvo originalmente vinculada a la invención en 1915 del controvertido "Día de la Raza" como Día de la Hispanidad y de la Raza Española, para el 12 de octubre, aunque luego varios países atemperaron su significado para relacionarlo con una supuesta raza mestiza. Esta postura, con su significado más hispanista, fue difundida intensamente por algunas dictaduras latinoamericanas en los años 1970.
La Postura conciliatoria
Propone "conciliar" las posturas indigenista/anticolonialista con la hispanista, sosteniendo que antes que poner el acento en la mayor o menor violencia que pudiera haber caracterizado la llegada de los españoles a América, lo que se debe destacar es el hecho del encuentro entre dos grupos de culturas humanas que habían vivido separados por milenios. Esta postura propone denominar "Encuentro de Dos Mundos" o "Encuentro de Dos Culturas", al hecho de la llegada de Colón a América.
Las Posturas nacionales
En varios países tienen sus propias posturas oficiales frente al 12 de octubre de 1492 y su denominación, en muchos casos rechazando o limitando la denominación "Descubrimiento de América". En Argentina, por ejemplo, para el INADI (Instituto Nacional contra la Discriminación) "la idea de descubrimiento y el elogio de la conquista española" es violatoria de la Convención sobre Eliminación de toda Forma de Discriminación Racial y constituye un acto de discriminación (Día de la Raza: el Inadi quiere eliminar el feriado nacional del 12 de octubre). Chile considera que el 12 de octubre de 1492 fue un “Día del descubrimiento de Dos Mundos”.
En Guatemala la postura nacional aún está definiéndose. Se ha logrado el reconocimiento de que para que avancemos debe llegarse a un estado Pluricultural pero para el efecto debe desarrollarse pacífica un Diálogo Intercultural, lo cual aún no ha podido darse en medio de la polarización que remarca el mismo racismo. Los Gobiernos han hecho lo posible por incorporar indígenas en su personal y se ha llegado a desarrollar una nueva bandera que representa a todas las Naciones que conforman el territorio guatemalteco pero que no todos aceptan como válida escudándose en una guatemalidad inexistente.
Herencia de “la superioridad” española
Repugna sólo leer que si no es por humanistas como Bartolomé de las Casas, a los indígenas americanos se les consideraba seres sin alma, lo cual empezó a dudarse porque “como los humanos” también reían. Eso creó en países como Guatemala un sentido de discriminación racial arraigado y, aunque en la actualidad, se predica la tolerancia, esta no es un hecho tal y como lo demuestra el estudio “Metamorfosis del racismo en Guatemala” de Marta Casaús Arzú que hirió de tal forma las susceptibilidades que hubo la autora de salir exiliada ante las amenazas de su propia estirpe…
La presentación de dicho estudio es clara u concisa: “La reciente guerra interna armada fue el tercer holocausto maya. Enseña que no la fuerza no siempre sirve para resolver los problemas. Los Acuerdos de Paz dan el marco para que los pueblos se encuentren (multiculturalidad e interculturalidad). Racismo y exclusión implica la humillación constante que han sufrido los indígenas siempre ya que no solo hay discriminación sino segregación residencial como ocurre en la capital donde hay áreas vedadas a los indígenas. Lo peor que puede pasar es ser mujer, indígenas y pobre. Es la franja de la población más afectada. La sociedad guatemalteca e intelectuales tardaron mucho en reaccionar. Las élites económicas no se modernizan pese a la globalización. También hay machismo entre indígenas”.
De manera científica el libro Metamorfosis del racismo en Guatemala contribuye al proceso de paz. Pero lo hace mostrándonos la vergüenza más espantosa, heredada de la histórica “superioridad española”. En el Prólogo a la Tercera Edición, 2002, leemos que “la encuesta de 1985 sobre adscripción étnica de élite de poder y percepción sobre población indígena causó revuelo, la autora fue atacada frontalmente, era normal la reacción de la élite pero no de intelectuales de izquierda. El libro tuvo buena recepción entre la población Maya. De entonces acá la situación ha cambiado mucho. Se firman los Acuerdos de Paz. Las encuestas de 1996 al 2010 revelan que los problemas más grandes son la discriminación de ladinos e instituciones del Estado hacia los indígenas. El racismo es cotidiano y vigente en todas las esferas sociales…”.
En un análisis profundo, la superioridad española es de actualidad. La misma se remarca en una secuela del colonialismo, cuando se consultaba a la corona todo. Esto es más notorio desde el punto de vista cultural ya que financiando entidades culturales, los españoles aún se meten en la vida nacional y política en las que el mejor ejemplo son las CICIG cuyo primer Comisionado, el español Carlos Castresana mancilló la soberanía guatemalteca como si aún la Capitanía General del Reino de Guatemala tuviese que pedir permisos y avales a la Corona. El mensaje es muy claro: Los inferiores guatemaltecos aún no pueden ni siquiera gobernarse.
En el aspecto cultural yo he sufrido discriminación. La española Ana Ocaña, financista de la red social “Resucitemos los Sueños” por no querer yo poner comentarios halagüeños me dijo que estaba de más, inferiorizó mi representación diciendo que los títulos no sirven de nada, lo cual en otras redes sociales produjo reacciones. En New York, fui invitado por la ONU a conocer sus instalaciones. Me echaron literalmente de uno de los restaurantes del Hotel donde yo me hospedaba… Iba vestido con una “camisa típica” de Guatemala. Al averiguar, el administrador de dicho restaurante era un espanol. Y esto nos pone a los mestizos en una posición histórica sumamente delicada. Porque los “indígenas puros” nos niegan hasta el derecho a nuestra raíz diciendo que no podemos utilizar ni sus trajes… Y digo situación histórica por el desprecio al mestizo ha venido desde que los españoles decidieron preñar indias. Inicialmente éramos los que obligadamente debíamos vivir en las áreas marginales de la capital del reino de Guatemala y la palabra “ladino”, usada para designarnos fue utilizada peyorativamente por españoles e indígenas en contra nuestra. Como el ladino empezó a ser numéricamente mayoritario en ciudades como la mencionada, el racismo tomó su primera reacción natural, conocida como racismo positivo, que es que el discriminado toma la misma posición discriminadora contra aquel del que ha padecido. Eso sucede en la actualidad con el sector indígena guatemalteco.
Complejo de Capitanía
En Guatemala, después de la Independencia quedó el Complejo de Capitanía General del que aún no hemos salido. Se trata de uno de los factores que nos tiene sumidos en el subdesarrollo porque las otras áreas centroamericanas han tenido realmente que batirse con sus propias circunstancias y salir avante aventajándonos logrando una mejor calidad de vida que puede verse en la pujante economía salvadoreña o la sólida democracia costarricense, país que entre sus cualidades no cuenta con un Ejército Nacional.
Con la Independencia la “superioridad española” fue tomada por los Criollos (hijos de españoles nacidos en América) la cual luego, luego la heredó al “ladino” o mestizo. Marta Cassaus en su libro anteriormente mencionado nos dice que hubo un espacio para el racismo en construcción de estado – nación en época de Independencia, el cual se expresó “en constituciones, ordenanzas laborales, políticas administrativas, imaginario de élites, etc. El siglo XIX fue racista. En la Gaceta de Guatemala se discute darles estatus a los indígenas. Decreto 241 del gobernante liberal Justo Rufino Barrios (1879) funda colegio “para civilizarlos”. Con liberalismo y capitalismo se cambia sistema de castas pero sigue racismo y ahora se apoya en lo biológico. Cambian todos a ciudadanos pero sigue igual. En el siglo XIX racismo metamorfosea a nueva forma de dominación capitalista. “En 1920 se piensa en mejorar la raza. Autores como Asturias, Federico Mora, Samayoa Chinchilla y Epaminondas Quintana hacen eco al positivismo. Generación del 20 aboga por mejorar la raza. En estos años y en los 30 se afianza el racismo”.
Y lo apoteósico lo registra el Estado autoritario de años 70 – 80: La Oligarquía dominó a través de Estado de Derecho. Según la autora “el racismo culmina en crisis de estado militar oligarca. Con Ríos Montt se plantea la limpieza étnica. El se alía a neos pentecostales que justifican exterminio del indio por no ser sujeto de gracia. A ellos culpan de que Guatemala “no haya levantado nunca la cabeza”. La ideología neo pentecostal reafirma el racismo. En todos los sectores se sataniza al indio. Incluye la creación de aldeas estratégicas, patrullas de autodefensa civil, masacres, tierra arrasada, etc. pero el racismo no legitima dominación de oligarquía militar, el ladino no planta proyecto de estado incluyente”.
Lo anterior redunda en una mediocridad histórica sin precedentes. Como estamos acostumbrados a ser los Capitanes Generales, recipiendarios del trabajo ajeno, comisionados de las riquezas de otros pueblos y superiores racial y culturalmente los guatemaltecos, haciendo eco de lo que Octavio Paz dice en “El Laberinto de la Soledad” nos acomodamos para no hacer nada y es así como aquí hasta movimientos como el denominado Revolución del 44, de revolución no tiene nada. La misma Independencia es un tratado oportunista para evitar que los mexicanos nos metieran en sus propias luchas internas. Y es así como hasta perdimos territorio nacional.
Las otras naciones centroamericanas, en cambio, como eran las subyugadas, las explotadas y las marginadas por los Capitanes Generales (Guatemala) tuvieron históricamente que enfrentar sus propios destinos y forjar un mejor futuro para ellas mismas…. Claro está que en toda Centroamérica, la única nación políticamente indefinida, sin solidez identataria, sin valoración de sus propios recursos es la guatemalteca, lo cual se traduce hasta en la producción artística, valoración de sus propios talentos y la difusión de los elementos nacionales en los medios de comunicación social. Lamentablemente, en este marco, la Cosmovisión Maya que sería uno de los elementos que más nos identifica sigue tachándose con el prejuicio colonial de brujería, superstición y producto de mentalidades inferiores.
De lo objetivo y el cambio profundo
La presentación de dicho estudio es clara u concisa: “La reciente guerra interna armada fue el tercer holocausto maya. Enseña que no la fuerza no siempre sirve para resolver los problemas. Los Acuerdos de Paz dan el marco para que los pueblos se encuentren (multiculturalidad e interculturalidad). Racismo y exclusión implica la humillación constante que han sufrido los indígenas siempre ya que no solo hay discriminación sino segregación residencial como ocurre en la capital donde hay áreas vedadas a los indígenas. Lo peor que puede pasar es ser mujer, indígenas y pobre. Es la franja de la población más afectada. La sociedad guatemalteca e intelectuales tardaron mucho en reaccionar. Las élites económicas no se modernizan pese a la globalización. También hay machismo entre indígenas”.
De manera científica el libro Metamorfosis del racismo en Guatemala contribuye al proceso de paz. Pero lo hace mostrándonos la vergüenza más espantosa, heredada de la histórica “superioridad española”. En el Prólogo a la Tercera Edición, 2002, leemos que “la encuesta de 1985 sobre adscripción étnica de élite de poder y percepción sobre población indígena causó revuelo, la autora fue atacada frontalmente, era normal la reacción de la élite pero no de intelectuales de izquierda. El libro tuvo buena recepción entre la población Maya. De entonces acá la situación ha cambiado mucho. Se firman los Acuerdos de Paz. Las encuestas de 1996 al 2010 revelan que los problemas más grandes son la discriminación de ladinos e instituciones del Estado hacia los indígenas. El racismo es cotidiano y vigente en todas las esferas sociales…”.
En un análisis profundo, la superioridad española es de actualidad. La misma se remarca en una secuela del colonialismo, cuando se consultaba a la corona todo. Esto es más notorio desde el punto de vista cultural ya que financiando entidades culturales, los españoles aún se meten en la vida nacional y política en las que el mejor ejemplo son las CICIG cuyo primer Comisionado, el español Carlos Castresana mancilló la soberanía guatemalteca como si aún la Capitanía General del Reino de Guatemala tuviese que pedir permisos y avales a la Corona. El mensaje es muy claro: Los inferiores guatemaltecos aún no pueden ni siquiera gobernarse.
En el aspecto cultural yo he sufrido discriminación. La española Ana Ocaña, financista de la red social “Resucitemos los Sueños” por no querer yo poner comentarios halagüeños me dijo que estaba de más, inferiorizó mi representación diciendo que los títulos no sirven de nada, lo cual en otras redes sociales produjo reacciones. En New York, fui invitado por la ONU a conocer sus instalaciones. Me echaron literalmente de uno de los restaurantes del Hotel donde yo me hospedaba… Iba vestido con una “camisa típica” de Guatemala. Al averiguar, el administrador de dicho restaurante era un espanol. Y esto nos pone a los mestizos en una posición histórica sumamente delicada. Porque los “indígenas puros” nos niegan hasta el derecho a nuestra raíz diciendo que no podemos utilizar ni sus trajes… Y digo situación histórica por el desprecio al mestizo ha venido desde que los españoles decidieron preñar indias. Inicialmente éramos los que obligadamente debíamos vivir en las áreas marginales de la capital del reino de Guatemala y la palabra “ladino”, usada para designarnos fue utilizada peyorativamente por españoles e indígenas en contra nuestra. Como el ladino empezó a ser numéricamente mayoritario en ciudades como la mencionada, el racismo tomó su primera reacción natural, conocida como racismo positivo, que es que el discriminado toma la misma posición discriminadora contra aquel del que ha padecido. Eso sucede en la actualidad con el sector indígena guatemalteco.
Complejo de Capitanía
En Guatemala, después de la Independencia quedó el Complejo de Capitanía General del que aún no hemos salido. Se trata de uno de los factores que nos tiene sumidos en el subdesarrollo porque las otras áreas centroamericanas han tenido realmente que batirse con sus propias circunstancias y salir avante aventajándonos logrando una mejor calidad de vida que puede verse en la pujante economía salvadoreña o la sólida democracia costarricense, país que entre sus cualidades no cuenta con un Ejército Nacional.
Con la Independencia la “superioridad española” fue tomada por los Criollos (hijos de españoles nacidos en América) la cual luego, luego la heredó al “ladino” o mestizo. Marta Cassaus en su libro anteriormente mencionado nos dice que hubo un espacio para el racismo en construcción de estado – nación en época de Independencia, el cual se expresó “en constituciones, ordenanzas laborales, políticas administrativas, imaginario de élites, etc. El siglo XIX fue racista. En la Gaceta de Guatemala se discute darles estatus a los indígenas. Decreto 241 del gobernante liberal Justo Rufino Barrios (1879) funda colegio “para civilizarlos”. Con liberalismo y capitalismo se cambia sistema de castas pero sigue racismo y ahora se apoya en lo biológico. Cambian todos a ciudadanos pero sigue igual. En el siglo XIX racismo metamorfosea a nueva forma de dominación capitalista. “En 1920 se piensa en mejorar la raza. Autores como Asturias, Federico Mora, Samayoa Chinchilla y Epaminondas Quintana hacen eco al positivismo. Generación del 20 aboga por mejorar la raza. En estos años y en los 30 se afianza el racismo”.
Y lo apoteósico lo registra el Estado autoritario de años 70 – 80: La Oligarquía dominó a través de Estado de Derecho. Según la autora “el racismo culmina en crisis de estado militar oligarca. Con Ríos Montt se plantea la limpieza étnica. El se alía a neos pentecostales que justifican exterminio del indio por no ser sujeto de gracia. A ellos culpan de que Guatemala “no haya levantado nunca la cabeza”. La ideología neo pentecostal reafirma el racismo. En todos los sectores se sataniza al indio. Incluye la creación de aldeas estratégicas, patrullas de autodefensa civil, masacres, tierra arrasada, etc. pero el racismo no legitima dominación de oligarquía militar, el ladino no planta proyecto de estado incluyente”.
Lo anterior redunda en una mediocridad histórica sin precedentes. Como estamos acostumbrados a ser los Capitanes Generales, recipiendarios del trabajo ajeno, comisionados de las riquezas de otros pueblos y superiores racial y culturalmente los guatemaltecos, haciendo eco de lo que Octavio Paz dice en “El Laberinto de la Soledad” nos acomodamos para no hacer nada y es así como aquí hasta movimientos como el denominado Revolución del 44, de revolución no tiene nada. La misma Independencia es un tratado oportunista para evitar que los mexicanos nos metieran en sus propias luchas internas. Y es así como hasta perdimos territorio nacional.
Las otras naciones centroamericanas, en cambio, como eran las subyugadas, las explotadas y las marginadas por los Capitanes Generales (Guatemala) tuvieron históricamente que enfrentar sus propios destinos y forjar un mejor futuro para ellas mismas…. Claro está que en toda Centroamérica, la única nación políticamente indefinida, sin solidez identataria, sin valoración de sus propios recursos es la guatemalteca, lo cual se traduce hasta en la producción artística, valoración de sus propios talentos y la difusión de los elementos nacionales en los medios de comunicación social. Lamentablemente, en este marco, la Cosmovisión Maya que sería uno de los elementos que más nos identifica sigue tachándose con el prejuicio colonial de brujería, superstición y producto de mentalidades inferiores.
De lo objetivo y el cambio profundo
Lo que sí es cierto es que como hecho histórico, el descubrimiento de América no puede obviarse así como sus implicaciones futuras. En el período comprendido entre el Descubrimiento de América en 1492 y el fin del siglo XVII concluyó en España la dinastía de los Austrias y comenzaron las provincias o regiones de las Indias a perfilar sus propias características, sobre las que habían de fundarse las nuevas nacionalidades de principios del siglo XIX.
La inesperada presencia de los europeos en el continente a partir de 1492, y en nuestro territorio desde 1524, supuso claramente la súbita apertura de una nueva era. No se puede desestimar una serie de cambios que se produjeron en el ámbito de la política, así como en otros campos de la vida social, en parte como resultado de la nueva dinastía establecida en España. Se trata de transformaciones importantes que marcaron un hito en el tiempo y que permiten una relativa solución de continuidad en el análisis del proceso colonial. La llegada de los europeos a América marcó el comienzo de un profundo cambio no sólo en el continente descubierto, sino en todo el orbe. A partir de 1492 se fue ampliando el conocimiento de la única masa continental que había permanecido más o menos aislada del resto del planeta. Ello implicó, además del inmediato contacto trasatlántico, que llevó las especies biológicas de una a otra orilla, la comunicación de América con Asia a través del Pacífico. Poco a poco todas las partes más alejadas de la Tierra perdieron su aislamiento, y se fue conformando una unidad planetaria con los correspondientes intercambios biológicos y culturales.
La llegada de Colón a América causó una gran expansión de la navegación y el comercio entre pueblos que se volvió mundial. Los colonos ingleses en América terminaron organizando a partir de 1776 un nuevo tipo de sociedad a partir de conceptos novedosos como independencia, constitución, federalismo y dieron origen a los Estados Unidos que, en el siglo XX, reemplazaría a Gran Bretaña como potencia mundial dominante.
En la actualidad, el propósito fundamental de la historiografía es tratar de comprender y explicar las transformaciones que se produjeron en lo que hoy es Guatemala y territorios vecinos más relacionados, aquellas que afectaron tanto a los que estaban aquí como a los que arribaron. Se busca entender lo que sucedió, cuándo, cómo, y por qué, en los diferentes segmentos integrantes del fenómeno humano total: en el medio físico, en lo social, en lo económico y en lo cultural. No fue la primera vez, ni habría de ser la última, en que pueblos más evolucionados tecnológicamente irrumpieran en regiones habitadas desde tiempos remotos, con los consiguientes procesos transformadores para los aborígenes. Sin embargo, la apertura de América fue la más trascendente, por haberse efectuado en un tiempo relativamente corto, en un continente amplio, habitado por culturas diferentes que en muchos casos no se conocían mutuamente.
Para los habitantes del Nuevo Mundo la irrupción europea supuso un profundo impacto que cambió su ritmo histórico. Fue un auténtico salto sociocultural. Se pusieron en contacto sociedades que se encontraban en diferentes etapas históricas, y las dominadoras, las más avanzadas tecnológicamente, impusieron sus condiciones y sus sistemas de vida. Los procesos generados fueron dolorosos, profundos, destructivos, y a la vez irreversibles.
Historiográficamente hablando, “El Descubrimiento y la Conquista” es un punto de partida indispensable para el análisis de todas las etapas posteriores. Toda la vida social institucionalizada de los períodos sucesivos estuvo marcada por el hecho particular del descubrimiento, la conquista y la colonización inicial. Contempla diversos ángulos, etapas y alternativas. Se puede decir que el proceso de conquista culminó más o menos en la década de 1540. Dicha etapa afirmó el proceso de colonización, aunque aún había focos de resistencia indígena y extensas regiones fuera de todo control político y económico. Tales acontecimientos coincidieron más o menos con la muerte del Adelantado Pedro de Alvarado. Durante esa década decisiva se consolidó el poder real, sobre todo por medio de la Audiencia, aunque la autoridad de ésta sólo se afirmó de manera paulatina.
El proceso de Conquista y Colonización ejercieron una poderosa influencia en el desarrollo del Reino de Guatemala durante el resto de la época colonial y aun después. En esta etapa se establecieron no sólo las instituciones primeras del dominio colonial, de la administración política y la transformación cultural, sino también muchas otras prácticas y patrones de conducta social que el grupo dominador trató de imponer a los vencidos.
La llegada de Cristóbal Colón a América está considerada como uno de los hechos más importantes de la historia universal por las consecuencias que tuvo y debe relacionarse con el primer viaje alrededor del mundo realizado por la tripulación de Fernando de Magallanes pocos años después, que abrió paso a la conquista del mundo por parte de Europa. La llegada de Cristóbal Colón supuso el comienzo de la conquista de América. A partir de aquí comenzará la llamada colonización de América, abierta por holandeses, franceses, etc, cuya diferencia radica en el hecho de no establecerse por campañas, sino por factorías de interés comercial (contrario a la Monarquía Hispánica, con deseos de crear otras Españas en todos los sentidos, tanto jurídicamente, administrativamente, etc.)
La doble influencia
El contagio de las enfermedades que los europeos llevaron consigo (viruela, tifus, fiebre amarilla, etc.) produjo un colapso de la población americana que produjo un gran impacto en la mortandad. Igualmente vinieron enfermedades de las Américas como la en su día temida Sífilis (que diezmo la población europea desde las posesiones españolas en Italia en 1494).
Otra importante consecuencia de la llegada de los europeos a América, fue la difusión mundial de los alimentos que habían sido desarrollados por las culturas americanas y que hoy se estima constituyen el 75% de los alimentos consumidos por la Humanidad, entre ellos el maíz, la batata, la calabaza, el tomate, el chocolate, el cacahuate o maní, la vainilla, los ajíes, la palta o aguacate, todos estos originarios de Mesoamérica, con justa razón nombrado por los conquistadores "El cuerno de la abundancia", y la papa (o patata como se denomina en España) originaria de los pueblos nativos de los Andes.
Otros productos importantes desarrollados en América son la goma, el tabaco, etc. Por otro lado, los españoles primero y los europeos después llevaran consigo a América animales tan útiles como los caballos, los burros, los asnos y demás ganado como las vacas castellanas, los bueyes, las ovejas y animales de granja como los cerdos, las gallinas / gallos, los conejos... Así como ciertos árboles frutales, la cebada, la avena, el centeno y el trigo de la Península Ibérica y la caña de azúcar de la islas Canarias o Madeira, que tanto éxito tuvo en el Caribe o el mismísimo café de las colonias portuguesas en África.
La inesperada presencia de los europeos en el continente a partir de 1492, y en nuestro territorio desde 1524, supuso claramente la súbita apertura de una nueva era. No se puede desestimar una serie de cambios que se produjeron en el ámbito de la política, así como en otros campos de la vida social, en parte como resultado de la nueva dinastía establecida en España. Se trata de transformaciones importantes que marcaron un hito en el tiempo y que permiten una relativa solución de continuidad en el análisis del proceso colonial. La llegada de los europeos a América marcó el comienzo de un profundo cambio no sólo en el continente descubierto, sino en todo el orbe. A partir de 1492 se fue ampliando el conocimiento de la única masa continental que había permanecido más o menos aislada del resto del planeta. Ello implicó, además del inmediato contacto trasatlántico, que llevó las especies biológicas de una a otra orilla, la comunicación de América con Asia a través del Pacífico. Poco a poco todas las partes más alejadas de la Tierra perdieron su aislamiento, y se fue conformando una unidad planetaria con los correspondientes intercambios biológicos y culturales.
La llegada de Colón a América causó una gran expansión de la navegación y el comercio entre pueblos que se volvió mundial. Los colonos ingleses en América terminaron organizando a partir de 1776 un nuevo tipo de sociedad a partir de conceptos novedosos como independencia, constitución, federalismo y dieron origen a los Estados Unidos que, en el siglo XX, reemplazaría a Gran Bretaña como potencia mundial dominante.
En la actualidad, el propósito fundamental de la historiografía es tratar de comprender y explicar las transformaciones que se produjeron en lo que hoy es Guatemala y territorios vecinos más relacionados, aquellas que afectaron tanto a los que estaban aquí como a los que arribaron. Se busca entender lo que sucedió, cuándo, cómo, y por qué, en los diferentes segmentos integrantes del fenómeno humano total: en el medio físico, en lo social, en lo económico y en lo cultural. No fue la primera vez, ni habría de ser la última, en que pueblos más evolucionados tecnológicamente irrumpieran en regiones habitadas desde tiempos remotos, con los consiguientes procesos transformadores para los aborígenes. Sin embargo, la apertura de América fue la más trascendente, por haberse efectuado en un tiempo relativamente corto, en un continente amplio, habitado por culturas diferentes que en muchos casos no se conocían mutuamente.
Para los habitantes del Nuevo Mundo la irrupción europea supuso un profundo impacto que cambió su ritmo histórico. Fue un auténtico salto sociocultural. Se pusieron en contacto sociedades que se encontraban en diferentes etapas históricas, y las dominadoras, las más avanzadas tecnológicamente, impusieron sus condiciones y sus sistemas de vida. Los procesos generados fueron dolorosos, profundos, destructivos, y a la vez irreversibles.
Historiográficamente hablando, “El Descubrimiento y la Conquista” es un punto de partida indispensable para el análisis de todas las etapas posteriores. Toda la vida social institucionalizada de los períodos sucesivos estuvo marcada por el hecho particular del descubrimiento, la conquista y la colonización inicial. Contempla diversos ángulos, etapas y alternativas. Se puede decir que el proceso de conquista culminó más o menos en la década de 1540. Dicha etapa afirmó el proceso de colonización, aunque aún había focos de resistencia indígena y extensas regiones fuera de todo control político y económico. Tales acontecimientos coincidieron más o menos con la muerte del Adelantado Pedro de Alvarado. Durante esa década decisiva se consolidó el poder real, sobre todo por medio de la Audiencia, aunque la autoridad de ésta sólo se afirmó de manera paulatina.
El proceso de Conquista y Colonización ejercieron una poderosa influencia en el desarrollo del Reino de Guatemala durante el resto de la época colonial y aun después. En esta etapa se establecieron no sólo las instituciones primeras del dominio colonial, de la administración política y la transformación cultural, sino también muchas otras prácticas y patrones de conducta social que el grupo dominador trató de imponer a los vencidos.
La llegada de Cristóbal Colón a América está considerada como uno de los hechos más importantes de la historia universal por las consecuencias que tuvo y debe relacionarse con el primer viaje alrededor del mundo realizado por la tripulación de Fernando de Magallanes pocos años después, que abrió paso a la conquista del mundo por parte de Europa. La llegada de Cristóbal Colón supuso el comienzo de la conquista de América. A partir de aquí comenzará la llamada colonización de América, abierta por holandeses, franceses, etc, cuya diferencia radica en el hecho de no establecerse por campañas, sino por factorías de interés comercial (contrario a la Monarquía Hispánica, con deseos de crear otras Españas en todos los sentidos, tanto jurídicamente, administrativamente, etc.)
La doble influencia
El contagio de las enfermedades que los europeos llevaron consigo (viruela, tifus, fiebre amarilla, etc.) produjo un colapso de la población americana que produjo un gran impacto en la mortandad. Igualmente vinieron enfermedades de las Américas como la en su día temida Sífilis (que diezmo la población europea desde las posesiones españolas en Italia en 1494).
Otra importante consecuencia de la llegada de los europeos a América, fue la difusión mundial de los alimentos que habían sido desarrollados por las culturas americanas y que hoy se estima constituyen el 75% de los alimentos consumidos por la Humanidad, entre ellos el maíz, la batata, la calabaza, el tomate, el chocolate, el cacahuate o maní, la vainilla, los ajíes, la palta o aguacate, todos estos originarios de Mesoamérica, con justa razón nombrado por los conquistadores "El cuerno de la abundancia", y la papa (o patata como se denomina en España) originaria de los pueblos nativos de los Andes.
Otros productos importantes desarrollados en América son la goma, el tabaco, etc. Por otro lado, los españoles primero y los europeos después llevaran consigo a América animales tan útiles como los caballos, los burros, los asnos y demás ganado como las vacas castellanas, los bueyes, las ovejas y animales de granja como los cerdos, las gallinas / gallos, los conejos... Así como ciertos árboles frutales, la cebada, la avena, el centeno y el trigo de la Península Ibérica y la caña de azúcar de la islas Canarias o Madeira, que tanto éxito tuvo en el Caribe o el mismísimo café de las colonias portuguesas en África.
Buen artículo Cesar, un poco largo pero el tema lo merece.
ResponderEliminarMe ha gustado leerlo de verdad, no puedo opinar mas que eran otros tiempos, pero que no justifican la barbarie que hicieron con los habitantes de esas tierras y dueños por derecho propio.
El hombre es mas recordado por estas barbaries y otras en cualquier lugar del mundo que por otras que pudieran ser beneficiosas en su momento.
Europa siempre se creyo grande y poseedora de la verdad, aplastando a los mas debiles, durando varios siglos.
Besos amigo
Angels