Desde hace milenios el perro ha aparecido al lado del hombre como un fiel amigo y su historia está íntimamente ligada a la suya. Al principio era tan solo útil, y, en la mayoría de los casos, serbia para cubrir las lagunas del ingenio humano, lo que suponía “una preciosa ayuda” más que un compañero. Por otra parte, es uno de los pocos animales que aparecen predestinados a la domesticación y sobre todo a la amistad y comprensión del hombre, el cual ha creado alrededor del mismo una cultura que en este espacio exponemos y desciframos y que ha hecho a mas de algún ser humano ponerse celoso y decir que este mundo es tan ingrato porque “hay escuelas para perros… médicos de cabecera para perros… salones de belleza para perros… cementerios… honras fúnebres para perros…y… hasta herencias para perros” mientras muchos seres humanos se mueren de hambre a lo que los dueños de los perros siempre responden con un encogerse de hombros porque sus animalitos son como de la familia y, aun mas, el mismo perro se cree a si mismo dueño y amo del hombre.
Nuestros amos los perros
Por César Chupina, periodista
El perro ha sido siempre la mejor ayuda del cazador
en la persecución de las piezas, el guardián atento de los rebaños y las casas,
el salvador de vidas humanas, sin olvidar la función que desempeña como guía y
compañero en la soledad de los ciegos. De hecho, si el perro puede satisfacer
todas esas necesidades humanas, puede decirse que el hombre ha encontrado en él
un fiel reflejo de si mismo entre los demás animales que le rodean. Hubiera
podido pensarse que, con las modernas formas de vida, el hombre se vería
obligado a alejarse de su compañero, sin embargo, asistimos ahora al fenómeno
inverso y vemos al perro adaptarse a un mundo que no ha sido concebido para el
formando también entre su especie, las clases sociales que van desde los perros
ordinarios de la calle (“chucho de indio”, según el chapinismo) hasta los que pertenecen a buenas familiar y
son orgullo para ellas por ser campeones de belleza, en pureza de raza o haber
protagonizado actitudes heroicas a nivel individual o social si pertenecen a
círculos como el de la Policía o Bomberos donde es más fácil encontrar un rango
superior y condecoraciones de todo tipo en los canes que en los propios seres
humanos.
¿Por qué nuestros amos?
Ahora bien, esto de la cultura creada alrededor de los perros se entiende. Pero que se invierta el orden como que suena absurdo ya que el hombre o la mujer son los amos, no los animales. Por supuesto que viéndolo desde nuestra perspectiva humana pero desde la perruna, ¡no! Ellos son nuestros amos. Los estudiosos en la materia en sus últimos hallazgos han demostrado que tanto dentro de la genética y de la psicología de los perros, estos han codificado que son los que mandan y que la casa en la que viven es su casa y que el ser que se dice su amo es de su propiedad. A lo que no se ha llegado es a determinar si para ellos somos sus mascotas pero de que “nos ganan”, “nos ganan” y así como ellos dan la vida por nosotros, así lo hacemos nosotros también cuando nos metemos en esa cultura que hemos creado alrededor de ellos. Además con lo anterior se explica también como el perro percibe cuando nuestro amigo es amigo y nuestro enemigo lo es. Generalmente, a nuestros amigos les mueven la cola, les bailan y se portan amables y corteses con ellos y con quien perciben u olfatean hostilidad hacia nosotros grrr… les gruñen, pelan dientes si es que no los muerden… Y cuando nos atacan, hay que ver la fiera defiende esté o no entrenado para defendernos. ¿Por qué? Porque defienden los suyo. Son nuestros amos.
Origen y evolución del perro
Leemos en el Tomo 7 de la “Enciclopedia de la Mujer” Salvat referente a “Animales y Plantas” que “hablar del origen del perro ha sido siempre una empresa delicada. El misterio de la diversidad de las razas ha dado origen a diferentes teorías partidarias unas de la multiplicidad de familias y otras del origen único del perro, descendiente en un principio de un solo árbol genealógico pero diferenciado luego por cruces con otros animales y por mutaciones rápidas, estas últimas motivadas por el simple capricho del a naturaleza. Hasta el siglo XVIII se admitía la idea de una sola familia, pero los progresos del a ciencia modificaron este juicio para inclinarse al a hipótesis del a multiplicidad familiar. Darwin atribuyo el origen de las razas caninas a dos familias verdaderas de lobo, a muchas razas o especies de chacal y a una o muchas otras especies extinguidas. Esta hipótesis es la más aceptable y verosímil, sin embargo, en nuestros días se han hecho esfuerzos por encontrar un perro cuya constitución no haya variado desde su origen, es decir, que no haya sufrido transformaciones por mutación o por cruce y, entre los perros salvajes aun existentes, hay uno que parece cumplir estas condiciones: el dingo. En efecto, hay razones para creer que este pero existía ya en la era terciario, luego, a la luz de este descubrimiento se puede admitir la idea de que nuestros perros domésticos derivan directamente de formas salvajes y, entonces, la multiplicidad de las razas se explica por la también multiplicidad de familias y por la gran capacidad de inter fecundación entre diferentes especies”.
“Se
conservan numerosos vestigios de la existencia del perro en el neolítico o edad
de piedra pulimentaría. Ya entonces poseía todas las características del perro
actual y se distinguía del lobo, del chacal y del zorro. Se llama el “perro de
las tubernas” y, morfológicamente podría parecerse al Podenco de nuestros días.
Fue entonces cuando llego al grado de su máxima evolución y las únicas
transformaciones o perfeccionamientos posibles se verificarían sobre la
multiplicación de razas y la domesticación. Se operaron numerosas selecciones
naturales de la función de las posibilidades naturales de supervivencia. A
todas estas circunstancias hay que añadir el increíble poder de inter
fecundación que presentan razas tan cercanas como el perro, el lobo y el zorro,
así como las mutaciones brutales y a veces absurdas que hacen evolucionar una
raza. Conviene igualmente insistir en otra particularidad que presenta el
perro: su fácil domesticación. El hombre que de un principio se valió de la
casa para su subsistencia y contó para ello con la ayuda del perro, poco a poco
abandonó el nomadismo para asentarse definitivamente y convertirse en
agricultor, con lo cual el perro a su vez se adaptó a este nuevo modo de vida e
inició su papel como protector de los rebaños y ejerció una selección
artificial y canalizó la evolución de la especie en un sentido que quizá no le
hubiera dado la naturaleza y, además, mediante cruces efectuados juiciosamente,
reforzó tal o cual característica haciendo aparecer razas nuevas, más adecuadas
al tipo de trabajo que se les exigía. Precisamente gracias a esta evolución,
dirigida por el hombre, puede afirmarse que las relaciones entre el perro y el
ser humano aumentan en sentido paralelo a la medida que la sociedad
evoluciona”. (P – 11 a 13).
¿Cómo surgieron las razas?
Seguimos leyendo el tomo 7 de la “Enciclopedia de la Mujer” Salvat: “la diferencia de talla (enana, media o grande) es un fenómeno que se da en todas las especies y, si parece más importante en el perro, es debido a que el hombre ha favorecido su permanencia. La anomalía “bul dog” y los miembros cortos y torcidos, que son caracteres genéticos, se dan también en el resto de las especies. Y por último, el color y las diferencias en cuanto al pelo no son más que incidentes que aparecen guiados por el azar. El “perro de tubernas” que data de la Edad de Piedra, poseía ya todas las características del perro perdiguero; era de la talla media y pudiera haber sido el antecesor del mastis, del braco, del epagneul y, por lo mismo, de todos los perros perdigueros. En la Edad de Bronce, es decir en la época de las primeras invasiones arias de Asia, aproximadamente 2000 años de nuestra era, aparecieron razas de perros más grandes, que se aproximan ya al dogo. A partir de entonces empezó a existir por todo el mundo una diversidad cada vez mayor de especies caninas; así, en Egipto es muy común el tesem, un perro de gran talla, parecido al galgo y que probablemente se utilizaba como sabueso. También en este país se ha descubierto la existencia de perros salchicha que recuerdan mucho al teckel, pero que, a pesar de ello no parecen ser sus antecesores”.
“El
mundo grecorromano es rico en referencia y documentos demostrativos de
diversidad a que había llegado la especie canina. Aristóteles cita siete razas
diferentes unas de otras, y autores como Ovidio y Plutarco hablan con
frecuencia del perro, que en su época parece encontrarse ya en un estado de
domesticación muy avanzada. Se conservan, además, numerosas ilustraciones de
aquel tiempo, por ejemplo, mosaicos representando escenas de caza, etc. En la
Edad Media los perros guardianes y los mastines apenas experimentaron ningún
cambio respecto a los de la época romana, mientras que los perros de caza
evolucionaron mucho y el número de razas aumentó de manera considerable. Pero
hasta los siglos XVIII y XIX no llegaron a generalizarse los tipos de perro lujo
y de salón, pues con anterioridad nunca, o sólo esporádicamente, la intimidad
entre el perro y el hombre había traspasado los límites de la utilidad y sólo
con la evolución de las costumbres, gracias a los ratos de ocio de que gozaban
ciertas clases privilegiadas, se introdujo el perro de adorno. La gran talla de
la mayoría de los perros de la época creó la necesidad de buscar un animal
menos molesto y, así, apareció en las cortes europeas un perrito importado de
Asia: el adive, llamado todavía perro de Bengala. Poco después, el gusto de los perros
miniatura multiplico los trabajos de selección en busca de los ejemplares más
pequeños que fuera posible obtener. El galgo y el podenco fueron las primeras
víctimas de esta moda y, poco después, por los mismos procedimientos, surgieron
los gozques, los dogos, los pequineses, etc. paralelamente a esta tendencia a
la “miniaturización”, el gusto de la caza llevó a los especialistas a
desarrollar las razas de cazadores e incluso a crear otras nuevas por medio de
cruces con perros importados de diversas partes del mundo. La extraordinaria
diversidad de las razas hace muy difícil la tarea de elaborar una clasificación
exacta. La selección la efectúa el hombre que vive en una sociedad en perpetua
evolución y debido a esto muchas razas de perros han aparecido y desaparecido
según sus necesidades, aunque también hay que decirlo, en otras ocasiones los
cambios se producen simplemente según la fantasía de la naturaleza. Sólo
algunas razas, por ser más estables, más fuertes o sencillamente más
necesarias, han permanecido a lo largo de los siglos, ésta es la razón por la
que hoy en día han llegado considerar tres especies como fuente de las
principales razas actuales: el perro de las tubernas, del cual derivan todos
los perros perdigueros; los galgos, originarios de Grecia y Asia Menor y por último
el dogo o “cannis molosuss” introducido en Europa con las invasiones de los
hunos. Estas tres especies no excluyen la existencia de otros tipos que, por
cruce y por selección natural o artificial, pueden explicar la multiplicidad de
las razas”. (P 13 a 15)
El pedigree
Este es un término inglés equivalente a lo que en español se llama “árbol genealógico”, y se diferencia de este en que sirve para conocer el origen de un animal. En un comienzo sólo serbia para indicar los ascendientes (paternos y maternos9 de los caballos de carreras, pero luego se utilizó también para otros animales como el perro. Así, puede decirse que el pedigree es un documento oficial que prueba la pureza del perro que se compra. Consta de un determinado número de informaciones que permiten identificar el perro al que se refieren. El certificado hace mención de los antepasados del animal hasta la cuarta generación. El pedigree que se recibe en el momento del a compra debe comprobarse detalladamente; debe ser redactado según las leyes internacionales, y, en general, no puede tener rectificaciones. Cuando el perro cambia de propiedad, este hecho debe inscribirse en el documento. Lamentablemente, en torno a la cultura del perro en Guatemala existen muchos estafadores que venden pura raza, según ellos, sin serlo… que se hacen pasar por veterinarios sin serlo… siendo la principal víctima el principiante en esta materia.
Por
ello, para comprar un perro tiene que tomarse en cuenta, además de que cae
simpático, si se adapta al hábitat de quien lo compra. Si es pequeño o grande
sus necesidades serán diferentes. Le
pequeño, generalmente, se adapta a todos los ambientes y es de adorno y se
lleva bien con todos. El grande, puede buscar la autoridad de un solo amo…
generalmente es más solitario… sirve más para cuidar que para hacer compañía
aunque en ambos tamaños son afectuoso pero los unos de una forma y los otros de
otra forma. Además, no hay que olvidar que el carácter de los perros es como el
de las personas y hay de todo. La educación y el medio en el que desenvuelven
influye mucho, lo que implica que su disposición a dedicarse a él debe ser de
por vida. Si se quiere un “pura raza” o
con pedigree los lugares más confiables son los centros especializados o los
criadores expertos. Cuando lo venden ya
deben tener ciertas vacunas que incluyen el costo. Además debe el dueño estar dispuesto a
hacerse de un buen veterinario porque los mejores perros tienen también, como
las personas, un médico de cabecera, dispuesto siempre a dar su opinión cuando
sea necesario. El chequeo debe ser anual y generalmente el veterinario lleva el
record del perro (a) con sus certificaciones pertinentes. Además, debe tomarse
en cuenta que algún día tendrá necesidades sexuales, razón por la cual la
mayoría adquiere una pareja o ya sabe con quién se apareará su mascota. Eso si:
El cruce de las razas espontaneo es de mal gusto y de gente ignorante. Producen
seres monstruosos y poco agradables. El que está interesado en crianza obtiene
una perrita y el que no un perrito. El apareamiento tiene, además, sus propias
reglas porque no puede abusarse del mismo ni de que se tengan muchos cachorros
tan seguido por razones de salud del animalito. También cuando se adquiere un
perro debe tomarse en cuenta si se quiere o no hacer gastos en peluquería, lo
cual resulta muy divertido pero no a todos gusta. Si así se desea debe
comprarse una especie que se adapte para el efecto y si no, ¡no! Porque no
todos son para ir al peluquero. Los french puddle son los mejores ejemplos del
perro que va al salón de belleza.
Un mercado para perros
Lo ideal al comprar un perro es que éste sea cachorro. Pero hay que tomar siempre el que se venga espontáneamente y no el que gruñe. Según el perro, el perro lo recoge a uno y no a la inversa porque él es el amo y no uno. Debe asignársele desde un inicio un espacio en la casa y no moverlo de allí nunca porque a ellos les encanta siempre “ese su lugar”. Por ello, protestan, aúllan y se vuelven insoportables cuando se les aleja de “su nido”. Prevenir, en este aspecto, es lo mejor. Existe en el mercado una industria especializada en perros en la que las camitas, canastitas y colchoncitos son prioridad uno. Como al perro le gusta salir a pasear y obligación de sus dueños es sacarlos debe adquirirse un collar o un arneses con su respectiva cadena debe incluírsele al collar una medallita que testimonia quién es el dueño (a9 y el perro es de confiar.
En
el aspecto estético no sólo debe tomarse en cuenta los aspectos de salón de
belleza sino también el perro se va a bañar (depende la raza es la frecuencia
con que se hace), razón por la cual se necesita tener en casa por lo menos una
toalla, un shampù, un jabón… una secadora… un espray contra pulgas, una lima de
uñas aunque en esto es bueno sacarlos a pasear sobre suelo asfaltado para que
se les limen y evitarse el trabajo… También el uso de un buen concentrado (hay
concentrado para cada edad9 contribuye a la belleza del animal ya que estos
generalmente tienen elementos alimenticios que contribuyen a la sedosidad y
brillo del pelo. También se debe tener en las pertenecías de la mascota un
cepillo especial (de acuerdo al a raza). De hecho la estética va ligada con la
salud para lo cual no sólo la alimentación es importante. En el rubro de la
higiene debe cuidárseles los dientes por salud y estética (hay cepillos y
dentríficos para perros que se deben adquirir también), así como el aliento y
las orejas que en los perros son muy delicadas. Para el efecto debe tenerse en
los enseres también glicerina, algodón, etc.
Como
si fuera poco el perro (a) también debe educarse. No sólo la educación
elemental que se le puede dar con la guía de un libro o instructor sino la
educación de centros especializados. En Guatemala existen varios y el dueño
tiene la obligación de enviar a su perro si este da indicios de ser muy
inteligente ya que no sólo se les entrena para cuidar y hacer payasadas sino
para que lleven una vida más plena y realizada… si… como los seres humano. Ah…
y no debe olvidarse que todo perro como los niños, juega. Para satisfacer la
demanda al respecto en el mercado se encuentran muchos juguetes que van desde
los educativos hasta los simplemente lúdicos como huesos de plástico para estimular
las encillas de los cachorros o pelotitas para que se entretengan con ellas.
El mejor amigo
Sin
duda el lector (a) después de leer el apartado anterior podría asustarse. Pero
tomando en cuenta que el perro es el mejor amigo del hombre vale la pena cultivar
al depositario o destinatario de esa amistad. Sino que sólo los disfruten
viéndolos en estampas, posters, películas, etc. o teniendo uno de peluche que
en éstos no se gasta nada. Además, es importante anotar que si nosotros los
mayores nos relajamos y nos sentimos muy bien al lado de ese buen amigo (a) con
los niños hay hasta confidencias que se hacen mutuamente. El niño crece más
feliz y sano con un perrito a la par. Desarrolla, así, su socialización y los
valores fundamentales que todo ser humano debe tener en su interior. Algunos
hasta se curan de enfermedades físicas o somáticas con la ayuda del perro. Ah…
pero también el niño aprende a morder. Ha habido casos que la mascota sale mal
herida porque al patojo o patoja se le ocurrió hacerlo. Bueno, ¿y qué decir de
los fanáticos? Como la primera actriz Cristy Cobar (QEPD) quien, además de sus
noventipico gatos, tenía en su casa de tres pisos ciento y algo de cokers.
Algunos representan a instituciones y son considerados parte de ellas.
Lamentablemente también existe la otra cara de la moneda: Las relaciones en las
que el perro se degrada de ser mejor amigo al de víctima en actitudes
enfermizas que oscilan del simple desahogo del a ira y nuestras frustraciones
en ellos proyectándoles a través del martirio y el insulto la podredumbre que
podemos llevar en el alma hasta degeneraciones repugnantes como la zoofilia en
las que un hombre, una mujer o ambos tienen relaciones sexuales con perros
dándole una connotación asquerosa a esa perpetua amistad del hombre con us amo
o ama, el señor o la señora perro.
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